22/2/2011 |
El teatro lírico ha tenido que bajar su presupuesto para la temporada 2011-12 en siete millones de euros, quedándose en 48 millones, la misma cifra con la que contó en 2001.
Bernd Uhlig.«Le grand macabre» La presentación de la temporada artística del Gran Teatro del Liceo quedó ayer ensombrecida por el huracán provocado por los datos de gestión: «Estamos entrando en una nueva era en cuanto a la financiación, ya que a partir de ahora los recursos propios del teatro sobrepasarán las aportaciones públicas». La frase, en boca de la gerente del coliseo, Anna Serrano, revelaba esta realidad; al recorte del 30 por cien del aporte del Ministerio de Cultura que se viene aplicando de forma escalonada desde hace dos cursos, ahora hay que sumar —vamos, restar— otro que alcanza el 15 por ciento de la financiación proveniente de las arcas de la Generalitat de Cataluña. Si el presupuesto original de la temporada actual (la 2010-11), era de 54,5 millones de euros, tras los recortes ha quedado en 50,4, mientras que el de la próxima será de 48,4. Este dato, hace que la financiación privada del Liceo, con un 51,6 por ciento de recursos propios por venta de entradas, gestión de espacios y otros ingresos, supere la que recibe procedente de las administraciones públicas.
Para llegar a ello los sacrificios están siendo muchos, como la reducción de plantilla —incluyendo coro y orquesta— de 441 a 395 empleados y de salarios (entre un 5 y un 8 por ciento). Para que los números cuadren —es decir, para evitar el déficit—, Joan Francesc Marco, director general del Liceo, anunció además que el próximo mes de septiembre no habrá actividad en el Gran Teatro, comenzando la temporada el 7 de octubre. «Para ello hemos modificado el planning artístico y al no haber actividad en ese mes estamos negociando con el comité de empresa para que esas jornadas de trabajo nos las podamos ahorrar. Habrá que ver qué nos dicen los trabajadores, ya que si no llegamos a un acuerdo presentaremos un expediente temporal de regulación de empleo».
Aumento del precio de las entradas
El baile de cifras retrotrae el presupuesto liceísta en diez años, igualando al de la temporada 2001-02, entonces, como ahora, el más ambicioso del territorio español. Además de buscar desesperadamente a nuevos mecenas y patrocinadores —lo que salvaría unas funciones de «Carmen» en el Festival de Hong Kong ya que no hay dinero para los billetes aéreos de coro, técnicos, solistas y orquesta—, el Liceo ha optado por una nueva política de precios «variable». «Se trata de aumentar los precios de las óperas más comerciales (hasta un 10 por ciento), mantener los de obras contemporáneas o de patrimonio y congelar los del ballet», apuntaba Marco, quien también afirmó que el ahorro se ha transformado en la premisa prioritaria «en todos y cada uno de los departamentos del teatro. Hemos renegociado los contratos con las empresas que nos prestan servicios, hemos reducido las publicaciones y las ediciones, nos hemos propuesto que ningún título tenga un resultado de explotación negativo —salvo si se trata de ópera contemporánea o de exhumación de patrimonio—, hemos revisado las cláusulas de los contratos con los cantantes para evitar indemnizaciones y no queremos renunciar al plan de inversiones, ya que en diez años tanto el sistema informático como la maquinaria escénica se han ido quedando obsoletos».
Estreno en España de «Le grand Macabre» de Ligeti
Así y todo, el Liceo sigue apostando por el equilibrio entre novedades y repertorio:
La temporada comienza con nueve funciones en concierto de «Fausto», de Charles Gounod, (título que se iba a escenificar, pero que el parón de actividad en septiembre la obliga a este formato), obra que se complementará con un concierto de las «Escenas de Faust de Goethe» de Schumann y con el ballet «Faust» a cargo del Ballet de Montecarlo. «Il burbero», con dirección musical de Jordi Savall, irá hermanado con el regreso de «Las bodas de Fígaro» mozartianas (con la OBC en el foso), obra que cuenta con el mismo libretista y que se estrenó cuatro meses después de la de Martín y Soler, incluyéndose, en «Il burbero», dos arias alternativas del propio Mozart. El apartado de danza lo inaugura el Ballet del Teatro Mariinski con «El Corsario», para seguir con el IT Dansa, el Ballet de Ángel Corella («Lago de los cisnes») y el Grupo Corpo de Brasil, además del Ballet de Montecarlo. En cuanto a recitales y conciertos, destacan el homenaje a Montserrat Caballé en conmemoración del 50º aniversario de su debut en el Liceo, un concierto con el contratenor Philippe Jaroussky, un programa Wagner en l’Auditori, el «Pélleas» de Schoenberg junto a su «Erwartung» –con Angela Denoke—, además de recitales de Juan Diego Flórez, Nina Stemme y René Pape.
Por último, el Petit Liceu ofrecerá nada menos que 12 producciones propias, llegando el próximo curso a las 210 funciones y a más de 140.000 espectadores.
PABLO MELÉNDEZ-HADDAD
Abc