1/10/2009 |
El compromiso de Sir Simon Rattle (Liverpool, 1955) con la música y su aplicación en la sociedad viene de lejos, de sus años al frente de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham (1980-1998). Un camino, o un viaje -como él prefiere llamarlo-, que ha continuado con la Filarmónica de Berlín (BPO), de la que es titular desde 2002. Su compromiso se ha traducido en estos últimos siete años en un extenso programa pedágogico bajo el nombre de Zukunft@BPhil («Futuro a través de la Filarmónica de Berlín»), que trata de acercar la música a jóvenes de estratos sociales más desfavorecidos y que no tienen un contacto habitual con ella. Esta labor quedó magníficamente retratada en el documental «Esto es ritmo», donde 250 jóvenes de cuatro institutos de la periferia de Berlín, tras tres meses de ensayos, bailan juntos «La consagración de la primavera» de Stravinsky.
La Fundación Don Juan de Borbón de Segovia ha querido reconocer el proyecto de Rattle y de la BPO con la concesión de su premio de Música, fallado en enero de 2008, al considerarlo «una auténtica revolución y demuestra que la música es algo más que una noche en un auditorio -según el jurado-, consiguiendo que la música sea compartida y disfrutada por todas las clases sociales».
«Este premio confirma ese compromiso, de que la orquesta tiene que salir y actuar como evangelistas del arte. Los músicos son como misioneros que trabajan para que los jóvenes conozcan la música», explicó Rattle antes de recibir el premio -dotado con 60.000 euros- de manos del Príncipe en Segovia.
El galardón, concedido en anteriores ediciones a María Joao Pires y José Antonio Abreu (fundador del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela) -«El santo José Antonio, una de las personas más extraordinarias que he visto en mi vida», comentó Rattle-, es un reconocimiento que premia a aquellos que «dedican su vida a hacer de la música un bien común de la Humanidad y una energía impulsora de la belleza del alma humana». Algo que sin lugar a dudas ha logrado el músico británico que, a pesar de los logros y elogios que ha recogido a lo largo de su trayectoria, se resiste a tomárselos demasiado en serio. «Realmente es un problema que algún músico llegue a creerse que es el mejor».
Gran apasionado del fútbol, no duda en hacer analogías sobre su orquesta: «La Filarmónica de Berlín funciona como un equipo. Es cierto que existen buenas individualidades, como en el Real Madrid, pero somos un equipo». Ese mismo espíritu es el que quiere «inculcarle» a los jóvenes, «y eso se obtiene con confianza», sostiene.
Sobre las comparaciones con el proyecto de Abreu, reconoce ciertas similitudes «pero las maneras de hacer son diferentes. Ellos trabajan a mayor escala con niños. Nosotros no creamos músicos aunque sí queremos cambiar su vida, ampliar su campo de visión. Ellos crean nuevos músicos y público en un país donde los niños no tienen nada. Esto es algo que no se puede reproducir en los países ricos, como Alemania, pero sí en Suráfrica», donde Rattle realizará un proyecto dentro de dos años. Lo que les une está claro: «Compartir un compromiso común para vivir la música».
Un mundo más humano
Don Felipe se dirigió a Rattle destacando «la capacidad única con la que su Orquesta suscita a un tiempo pensamiento y emoción con el lenguaje universal de la música como medio y fin». Y aplicó al director musical de la BPO las palabras que Alfonso X «El Sabio» dedicó en las «Cantigas» al arte de trovar, «algo que necesita entendimiento, quien se dedica a ello debe tenerlo y también bastante razón, para entender y saber decir lo que entiende y quiere decir». Y concluyó afirmando que este premio «no sólo reconoce los méritos de los galardonados en el mundo de la música, sino su permanente contribución a la construcción de un mundo más pleno y más humano, al que todos aspiramos».
SUSANA GAVIÑA
Abc