30/9/2008 |
El Gran Teatre del Liceu vuelve a programar 'Tiefland' ('Terra baixa') 36 años después de acogerla por última vez. La ópera fue rechazada durante años por ser de las preferidas del dictador alemán Adolf Hitler, "pero de eso nadie tiene la culpa", porque es "una pieza magnífica" basada en uno de los textos "más importantes" de la dramaturgia catalana, ha comentado este lunes en rueda de prensa el director artístico del Liceu, Joan Matabosch.
Para el director musical de la obra, Michael Boder -flamante director musical del Liceu-, 'Tiefland' remite a la cultura alemana del "verismo" y es un "drama lleno de emociones y sentimientos" que al público catalán no le resultará ajeno, ya que es la versión operística de 'Terra baixa', de Àngel Guimerà.
La confrontación entre la naturaleza vista como la Arcadia pura y limpia y la civilización, que pervierte a los seres humanos, da lugar a una "historia de crimen, muy dramática" que la música de Eugen d'Albert refleja a la manera de Puccini "pero con un accelerando alemán, que no es como el italiano, porque quiere avanzar pero no puede", destacó Boder.
Pero en el drama de 'Tiefland' también cabe el humor, "un humor extraño", y un análisis psicológico de los personajes "espectacular" y atípico a las tendencias de la época, aseguró el director de la obra.
'Tiefland' estará en el Liceu del 2 al 20 de octubre y, además de un reparto en el que se cuentan Rosa Mateu, Peter Seiffert y Petra Maria Schnitzer, intervienen la Orquesta Sinfónica y el Coro del Liceu.
La obra se estrenó el 15 de noviembre de 1903 en el 'Neues Deutsches Theater' de Praga y en el Liceu se representó por primera vez el 18 de enero de 1910. 'Terra baixa' se ha traducido a 14 idiomas y se ha convertido dos veces en ópera y seis en película.
Música Contemporánea
Como nuevo director musical del Liceu, Boder hará "ocho o nueve" producciones operísticas, entre ellas 'El gran macabro', de Gyorgy Ligeti, y cinco conciertos. Su contrato es para cuatro temporadas, contando la actual.
Aunque aseguró que no tiene "un plan concreto" porque acaba de asumir el cargo, sí indicó que le "encanta" la música contemporánea, y consideró que "se tienen que programar" obras de este tipo.
En cuanto a las orquestas, asumió que en la zona mediterránea no hay ninguna de primera línea, "quizás" porque tradicionalmente el interés se ha centrado en el acontencimiento en sí y en el cantante.
"Ni la Scala de Milán se puede comparar con la Filarmónica de Berlín", recalcó, pero destacó que "aquí todos quieren mejorar", y es un "buen punto de partida" porque cuando se cree que se ha llegado al máximo "no hay nada que hacer".
Apuntó además a la voluntad de que el Liceu sea un reclamo turístico de la ciudad, y destacó que, así como en Berlín se habla contínuamente de cerrar alguna ópera para sanear las cuentas públicas, "aquí si un político dijese que cierra el Liceu porque es muy caro, aparecería muerto al día siguiente en el puerto".
El Mundo