El Janacek más desconocido
2/11/2003 |
El Teatro Real estrena Osud en la versión de Bob Wilson
Entre títulos del repertorio más habitual, el Teatro Real apuesta el 1 de noviembre por Osud (El destino) una de las óperas menos conocidas de Leos Janacek, en coproducción con el Teatro de Praga y realizada por una figura de prestigio, el norteamericano Robert Wilson.
No será la única ópera de este compositor que se verá en España en esta temporada, en noviembre Jenufa subirá a las tablas de Bilbao y en primavera, La zorrita astuta lo hará en el Maestranza de Sevilla. La génesis de Osud es una de las más peculiares de la historia de la lírica. En 1903, culminada Jenufa, Janacek se enfrenta a una difícil situación personal tras la pérdida de su hija y con su matrimonio en crisis.
Agobiado en la provinciana Brno, ciudad donde llevó a cabo su labor, opta por marcharse a la estación termal de Luhacovice. Traba contacto con una mujer muy atractiva, Kamila Urkalkova que le refiere que un compositor, Vitezslav Celansky, acaba de escribir una ópera de título Kamila, donde la muestra como una mujer cruel y sin corazón que ha abandonado a su admirador más sincero. Sorprendentemente Janacek acepta, cual caballero andante, y diseña un proyecto para reparar el deshonor de la mujer. Le pide a una joven amiga de su hija, Fedora Bartsosova, que le dé formato literario. Cuando el marido de Kamila descubre la correspondencia con el compositor, la relación se rompe. Entonces, Janacek opta por seguir adelante en diferentes etapas y con continuos cambios. Y si en primera instancia parecía ser una justificación de la actitud de Kamila, acabará convirtiéndose en un trasunto del peso de la vida privada en la función creadora de un artista.
Libreto débil
Tuvo graves problemas para estrenarla y, de hecho, no lo consiguió en vida. Max Brod, amigo y traductor de Janacek, valoraba que esas dificultades procedían de la debilidad del libreto. Y es que la historia cuenta la relación de un compositor, Zivny, que conoce a una joven, Mila (abreviatura de Kamila) en un balneario. Ambos han tenido un hijo, aunque la familia de Mila le obligó a a casarse con otro hombre. Sin embargo, la joven y Zivny huyen con desesperación de la madre de ella.
Cuatro años más tarde, viven juntos con esta última, que necesita cuidados, y el niño. Zivny está componiendo una ópera pero cuando su suegra le agrede, en el accidente, mueren madre e hija. En el tercer acto, en el ensayo de la ópera de Zivny, los intérpretes le piden que cuente su historia. Éste escucha, de repente, la voz de su amada y, asustado, fallece de un ataque. Es evidente que si el libreto, contagiado del espíritu naturalista que atenazaba la Europa del momento, no es para dar saltos, los setenta y pocos minutos de música que sostiene son magníficos. El indiscutible sello del compositor se manifiesta desde la introducción, en una partitura excitante, con guiños al verismo italiano y a Strauss, pero resueltos con personalidad. Hay que destacar la parte de tenor, la más desarrollada del corpus operístico de Janacek.
La obra necesitó bastante tiempo para darse a conocer. El estreno en versión concierto y fragmentada, tuvo lugar en marzo de 1934 en la Radio de Brno. La primera producción fue en la Ópera de dicha ciudad, el 25 de octubre 1958, con dirección musical de Frantisek Jilek, que la grabaría veinte años después (Supraphon) con la estructura modificada. Un día más tarde, se da la primera interpretación fuera de Chequia, en la Ópera de Stuttgart, en alemán, bajo la batuta de Hans Schwieger con un reparto donde destacaban Fritz Wunderlich y una jovencísima Anja Silja, del cual ha quedado testimonio discográfico.
En Gran Bretaña se llevó a cabo en 1984 en la English National Opera, en traducción inglesa, con dirección de Mark Elder y producción de David Pountney. Aprovechando el montaje, el campeón de Janacek, Sir Charles Mackerras, lo llevaría al disco para EMI (reeditada por Chandos), con las voces de Philip Landgridge y Helen Field. En Estados Unidos ha tenido que esperar hasta el pasado verano, en el Bard College Festival, con decorados, por cierto, de Frank Gehry. Del original checo se han hecho dos registros, además de la antes mencionada de Jilek hay que señalar la más reciente de Gerd Albrecht (Orfeo).
Luis G. Iberni
El Cultural.es