«Me siento como en casa allí donde gusta la música de verdad », confiesa Maisky
16/10/2003 |
Maisky interpretará el «Concierto número 1 para violonchelo y orquesta» de Saint-Saëns en un concierto que dirigirá Adrian Leaper y que incluirá obras de Leonardo Balada y de Beethoven
MADRID. El violonchelista Mischa Maisky no duda en autodefinirse como una persona muy cosmopolita e internacional: «Nací en Letonia, me eduqué en Rusia, fui repatriado a Israel, mi mujer es americana, mi hija nació en París y mi hijo en Bruselas, mi coche es japonés y mi violonchelo italiano...», bromea. Ahora vuelve a pisar España, un país al que viaja con cierta asiduidad y en el que se siente «como en casa». Conocedor de algunas de nuestras mejores orquestas -Valencia, Galicia o Euskadi-, antes de referirse a sus cualidades musicales se detiene en alabar los manjares de nuestro país: «¡El jamón!», exclama divertido para después hilvanar sus preferencias culinarias, «una comida maravillosa, el vino, el café...» Pero, sobre todo, reconoce sentirse muy a gusto y cercano al carácter «cálido y latino» de la gente. En cuanto al apartado musical, se siente igualmente encandilado por España. «Aquí pasa lo contrario que en otros países europeos, donde existe una crisis de lo clásico -explica-. En España hay orquestas y auditorios nuevos, buena acústica y, sobre todo, la gente está interesada en la música. Y yo -subraya- me siento como en casa en aquellos lugares donde ésta es apreciada de verdad».
Una «crisis» que ha alcanzado también al mercado discográfico, aunque el músico reconoce que a él no le afecta «porque yo sigo vendiendo igual», bromea. Para Maisky, las causas de esta crisis residen en una mayor preocupación de la industria por la cantidad más que por la calidad pero, sobre todo, en «la ausencia de un toque personal en las grabaciones, que es lo que diferencia a los solistas». Asimismo, se interroga sobre el motivo para comprar «una nueva versión de una obra si salen al mercado las antiguas remasterizadas y a menor precio».
Sin embargo, él tampoco se ha mantenido ajeno a la moda de regrabar algunas obras, y al igual que hizo con las «Suites» para violonchelo de Bach ahora ha abordado de nuevo el «Concierto para violonchelo y orquesta», de Dvorak, que Maisky ya registró en 1989 junto a Bernstein, y que ahora ha reinterpretado para Mehta y la Filarmónica de Berlín en un nuevo disco de DG que aparecerá a principios del próximo año. «Bernstein era un músico con una gran personalidad e inspiración -recuerda- pero muchas veces se olvidaba del solista y no compartía la música». Algo que no le ha sucedido junto al director de origen indio, con el que ha existido un mayor diálogo y una mayor fluidez; «la grabación dura siete minutos y medio menos que la versión de Bernstein», bromea.
La versatilidad de Maisky queda patente en su ciclo de «canciones sin letra», un «sueño» hecho realidad que ahora ha vuelto a retomar en una nueva grabación. Después de registrar partituras de Schubert y Brahms, le ha tocado el turno a Mendelssohn. «Siempre me ha encantado el «lied», desde que era pequeño -afirma-. No me importaba no entender el texto porque cuando hay música tan expresiva, las palabras dejan de ser imprescindibles y, como todo el mundo sabe, el violonchelo es el instrumento que se parece más a la voz humana». Entre sus proyectos futuros en esta línea se encuentra realizar otra grabación con música rusa, y en el futuro, «con calma y más tiempo», espera poder abordar canciones españoles. Entre sus preferencias por nuestros compositores menciona a Falla y a Granados.
Susana Gaviña
Abc