Los 5 apóstoles de Mozart
28/7/2006 |
Abbado, Kremer, Mena Jacobs... releen su obra
Montaje de La flauta mágica de Edimburgo
La figura de Mozart es omnipresente en todo el verano europeo, desplazando a la de otros compositores como Schumann o Shostakovich a los también se conmemora en este año. Aunque Salzburgo parecía acaparar todos los ases para convertirse en la única referencia estival, le han salido competidores. El Cultural ha seleccionado a los cinco nombres más llamativos que se han decantado por otros festivales para dar lecciones mozartianas.
Pocas dudas caben del protagonismo que afronta este verano Claudio Abbado convertido en uno de esos artistas cuya trascendencia va más allá del mero transmisor para alcanzar el lugar del demiurgo. El maestro italiano es el gran referente en Lucerna donde –al frente de la Orquesta del Festival, en la que participan grandísimos músicos de toda Europa–, colaborará con Cecilia Bartoli, Thomas Quasthoff, Rachel Harnisch, Maurizio Pollini y estrenará una ópera de su compatriota Giorgio Battistelli. Pero mayor morbo levanta su vuelta a los fosos, tan añorada en los últimos años. Lo hará con esa La flauta mágica dirigida escénicamente por su hijo, que se acaba de ver en El Escorial. La cita es en el Festival de Edimburgo, con el que estuvo ligado íntimamente en su etapa al frente de la London Symphony. El reparto, por cierto, integra a gran parte de los que lo han grabado para Deutsche Grammophon.
Sin duda otro de los personajes más llamativos del verano será Gidon Kremer. Hace ya mucho tiempo que el músico trasciende al excelente violinista que puede llegar a ser. El acontecimiento vendrá este verano a raíz del desembarco con su conjunto, conocido como Kremerata Báltica, en la isla italiana de Elba que, además de por ser desterrado allí Napoleón antes de la batalla de Waterloo, es conocida nada menos que como “Isola musicale d’Europa”. Kremer, en colaboración directa con el viola Youri Bashmet –que también aporta a sus Solistas de Moscú–, llevará a cabo uno de los programas más interesantes y diferentes de toda la geografía del continente en el que la figura del salzburgués tendrá un notable peso para lo que, eso sí, es mejor que los prejuicios se queden en el pequeño aeropuerto.
Peregrino a Innsbruck
Pese al despliegue de nombres y personalidades que recorrerán los diferentes caminos de Dios bajo el apellido de Mozart, donde tienen previsto peregrinar muchos auténticos aficionados será a la ciudad de Innsbruck. Allí manda en verano el gran contratenor y director de orquesta René Jacobs que, en los últimos años, se ha convertido en uno de los mejores intérpretes y renovadores del compositor austriaco. Jacobs dirigirá una nueva versión de Don Giovanni con un montaje de Vicent Boussard y junto a solistas como Johannes Weisser, Werner Güra o Ssvetlana Doneva.
Aunque no sea un artista vinculado estrictamente con Mozart y haya de verse este concierto desde la perspectiva hispana, no se puede negar que el maestro español Juanjo Mena tiene un lugar importante este verano a la sombra del salzburgués. Así, en La Roque d’Antheron, el festival pianístico más importante de toda Europa, tendrá que interpretar, junto al pianista ruso Alexander Melnikov el Concierto nº 20 para piano del salzburgués, junto a su Orquesta de Bilbao. Por cierto, Mena también adoctrinará a nuestros vecinos en una serie de obras de Juan Crisóstomo Arriaga, el “Mozart español”, en pleno bicentenario de su nacimiento y llevará a cabo una obra inhabitual y gigantesca, el Concierto para piano, orquesta y coro masculino de Busoni, en la que el vínculo con el compositor de salzburgués es menos perceptible aunque exista.
Y vinculado al piano también estará otra figura, está vez desde la plataforma del Festival de Lucerna. Se trata del húngara András Schiff, uno de los grandes del momento actual y al que el festival suizo califica de artista estrella. Interpretará, dirigiendo y tocando, varios conciertos para piano con la Capella Andrea Barca, un recital y una sesión de música de cámara, así como varios actos en los que impartirá la doctrina correspondiente en un compositor con el que, junto a Bach, ha mostrado una afinidad muy especial, hasta el punto de convertirse en uno de los grandes.
Luis G. IBERNI
El Cultural