Michel Camilo: “A Gershwin hay que tocarlo con precisión”
17/12/2005 |
El virtuosismo de Michel Camilo brilla por igual desde hace un cuarto de siglo en el repertorio clásico que en el jazzístico. Recién aparecido su disco Rhapsody in blue junto a la Orquesta de Barcelona, visita este fin de semana a la Nacional con el Concierto de Gershwin.
Propietario de un catálogo discográfico con cerca de veinte referencias y ganador de dos premios Grammy americanos y uno latino, el pianista Michel Camilo (Santo Domingo, República Dominicana, 1954) se ha convertido en uno de los grandes referentes del jazz contemporáneo en su vertiente más latina. Sin embargo, pocos conocen su autoridad dentro de la música clásica, a pesar de tener una formación académica impecable y haber sido solista invitado de sinfónicas como las de Cleveland, Atlanta o la BBC de Londres. Ahora se encierra tres noches en el Auditorio de Madrid (16, 17 y 18 de diciembre) junto a la Orquesta Nacional de España y la batuta del maestro Leonard Slatkin. El motivo: contar en directo su última aventura: su versión del Concierto de George Gershwin. El proyecto llegará este mes a nuestras estanterías en formato de disco: Rhapsody in blue (Telarc/Índigo).
Obra mal leída
“La actuación marcará mi estreno como solista invitado de la ONE”, confiesa el dominicano. “Interpretaremos el Concierto en Fa de Gershwin, que es una de sus obras peor leídas, ya que ha de tener swing y el pianista ha de abalanzarse sobre la partitura. A Gershwin hay que tocarlo con decisión”. Para Camilo, el nombre de Gershwin encabeza una lista de compositores admirados que también integran otros autores como Rodrigo, Albéniz, Stravinski, Bernstein, Chopin, Saint -Saëns, Liszt, Scriabin, Rachmaninov o Maurice Ravel, que curiosamente fue amigo y admirador de Gershwin. “Lo que más me ha atraído siempre de Gershwin”, explica el artista, “ha sido su inmensa capacidad para asumir retos musicales. En ese sentido su legado incluye bandas sonoras, obras para teatro y musicales de Broadway, óperas, canciones populares, obras sinfónicas inspiradas en el blues y sus visitas a Cuba... Gershwin fue uno de los primeros creadores en establecer un puente entre la música clásica y el jazz”.
La actividad profesional del pianista es inagotable y su agenda se organiza entre decenas de conciertos al año, proyectos a piano solo, trío, big band y orquesta, como el que ahora le ocupa. “La sensación de tocar con una sinfónica es como la de nadar en un fantástico océano lleno de ricas texturas y colores que están constantemente vibrando a tu alrededor y a través de tu ser. La satisfacción es inmensa cuando logro conectar con la orquesta y su director y verdaderamente hacemos música juntos”.
Los recitales que Michel Camilo protagonizará en el Auditorio Nacional encuentran merecidos antecedentes en el que será su nuevo disco, Rhapsody in blue, grabado el año pasado en L’Auditori junto a la Sinfónica de Barcelona, dirigida por el maestro Ernest Martínez Izquierdo. “Hace dos temporadas coincidí con la Sinfónica y Martínez-Izquierdo, y desde el primer ensayo hubo una magia muy especial, así que me dieron una alegría cuando me volvieron a llamar para actuar el año pasado dentro de un ciclo dedicado a Gershwin. Todos coincidimos en que las actuaciones se podían grabar y editar un disco, que es el que ahora presentamos en Madrid”.
Mientras tanto, Michel Camilo no desaprovecha el tiempo y ya aguarda la publicación, que conllevará la posterior gira de la segunda entrega del álbum Spain, grabado junto al guitarrista flamenco Tomatito: “¡Eso llegará muy, muy pronto!”. Tampoco desatiende la batalla diaria contra su propia energía creadora: “Uno va aprendiendo que la intensidad musical es relativa al discurso y el contenido. Como dice el dicho: ‘menos es más...’ Ahora siento que mi energía está más controlada y llena de contrastes”.
Pablo Sanz
El Cultural