Gerardo Vera y López Cobos coinciden: «Esta obra es un milagro»
1/11/2004 |
Jesús López Cobos y Gerardo Vera, directores musical y escénico de «Macbeth», que mañana sube al Real, están de estreno. López Cobos nunca había dirigido esta obra -«es el único Verdi grande que me quedaba»- y Vera no había pisado el Teatro Real más que como espectador: «Ésta es la segunda ópera que dirijo; a mi edad es bueno hacer cosas por primera vez». Los dos se sienten fascinados por esta ópera, una de las primeras escritas por Giuseppe Verdi. ««Macbeth» es un milagro», dicen al alimón y confiesan que Shakespeare está iluminando mucho su trabajo.
Para Vera, que ha ambientado este «Macbeth» en la Primera Guerra Mundial, «Verdi nos cuenta, a través de las brujas, todas las guerras que han visto»; por eso esta puesta en escena dispone de patrones bastante contemporáneos. Añade que ésta es «la historia de dos grandes solitarios, y cuanto más avanza la peripecia dramática más se separan los dos personajes. La escenografía es un búnker cuyas paredes va asfixiando cada vez más ese mundo de sonámbulos. En el fondo, ésta es una ópera muy intimista».
No le ha sido difícil a Vera ponerse de acuerdo con López Cobos para plantear la representación: «Ahora hay un respeto y una comunicación enorme entre la escena y la música», dice. El otro cincuenta por ciento de la puesta en escena, Jesús López Cobos, asegura que la obra es «un nocturno; es una ópera muy oscura, negra, son iluminaciones musicales sobre la parte más negra del alma humana. Las brujas -que son aquí un protagonista más, y eso resultó muy novedoso, porque nunca se había dado tanto protagonismo a un coro femenino- son la máquina que mueve toda la puesta en escena». «Shakespeare -añade López Cobos- excitó mucho a Verdi, que prestó mucha atención a su obra; no hay nada de rutina en la partitura, y es la obra de la que más comentarios hay escritos por el propio Verdi».
El compositor italiano realizó, cinco años después de su estreno, una nueva versión de «Macbeth», que es la que se va a representar en Madrid (sin el ballet, una concesión que tenían que hacer los compositores cuando estrenaban en la Ópera de París, pero que hoy en día «no tiene sentido representar, porque rompe la acción dramática», según López Cobos). En esta versión hay varios cambios con respecto al original, entre ellos el final del protagonista, que muere fuera de escena. «Verdi -afirma López Cobos- arriesgó mucho con esta obra. La palabra tiene mucha importancia y en los ensayos he insistido mucho en ello. El papel de Lady Macbeth requiere de una artista más que de una voz: el propio Verdi escribió que «la voz de Lady Macbeth ha de venir del infierno»».
J.B.
Abc