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Domingo: Estoy convencido de que Bush no quiere esta catástrofe

28/2/2003 |

 

La mezzosoprano alemana Waltraud Meier, una de las grandes voces wagnerianas, se presenta en el coliseo madrileño en el papel de Sieglinde

MADRID. «Me encuentro listo y lamento no haber podido cantar en el Liceo», explicaba ayer Plácido Domingo durante la presentación en el Teatro Real de «La valkiria», primera jornada y segundo título de «El anillo del Nibelungo», de Wagner, que subirá el próximo miércoles a su escenario. De esta manera, el tenor madrileño disipaba las dudas sobre su estado de salud que le ha obligado a cancelar recientemente varias funciones en los Los Ángeles, París y Barcelona. «Tenía una bronquitis mal curada que se me complicó con una traqueítis», confesó. Totalmente repuesto, Domingo aseguró que este percance no le ha hecho replantearse ni adelantar su retirada, algo que no depende sólo del estado vocal sino también del físico. «Ocho o nueve horas de ensayo no se llevan igual en estos momentos que a los 40 o 50 años». Así pues, sus planes de retirarse «en cuatro o cinco años» siguen en pie.

Esfuerzo físico y concentración Estas semanas de descanso han permitido al tenor comenzar su año operístico con fuerzas renovadas para enfrentarse a un reto tan importante como intepretar a Siegmund en «La valquiria», un papel que requiere mucho esfuerzo físico -«los personajes de Wagner se pasan más tiempo de rodillas que de pie», bromeó- y de concentración. «El trabajo de cada escena es intensísimo. En el primer acto, que dura 65 minutos, interpreto cinco romanzas», señala. A los largos interludios musicales se suma, según Domingo, la cada vez más creciente formación de las orquestas, por lo que «pasar esa cortina de sonido», supone un esfuerzo vocal importante.

Pero estos escollos resultan fácilmente superables si en escena el equipo artístico convive en armonía, como es el caso entre Plácido Domingo (Siegmund), Waltraud Meier (Sieglinde) y Alan Titus (Wotan). Tres cantantes que han compartido escenario en varias ocasiones -Viena, Bayreuth-. Titus así lo refrenda: «Estoy feliz de regresar a Madrid con mis colegas y de participar en este proyecto de la Tetralogía con Domingo y Meier, que son mis hijos en el escenario. Tanto dentro como fuera de él la relación es estupenda». Para Waltraud Meier ésta supone su presentación en el Teatro Real, aunque ya visitó Madrid en 1991 para interpretar «Ariadne auf Naxus» en la Zarzuela. «No he venido antes porque quería ver esta casa reconstruida, y que se ha convertido en uno de los teatros más bellos y modernos que conozco».

La mezzosoprano alemana subrayó los momentos que comparten en escena Siegmund y Sieglinde (hermanos mellizos que están enamorados), como la parte más «especial» de la obra, ya que ellos representan un «amor puro» que poco a poco va desapareciendo para dejar paso al «juego del poder». «Son dos personajes que el público echa de menos en los títulos siguientes», reconoce.

Una guerra evitable Tampoco faltaron en la rueda de prensa las preguntas sobre el conflicto con Irak, y el primero en ser interrogado fue el tenor madrileño que cree que no hay nadie que desee una guerra. «Estoy convencido de que ni siquiera Bush quiere esta catástrofe que implica a todo el mundo». En cuanto a su posición ante este conflicto, opta por la mantenida por Francia y Alemania, «que están en una especie de espera en un segundo término; y yo prefiero ese segundo término». Por último, Domingo afirmó que «no debe haber guerra pero entiendo a ambas partes, tienen sus razones para estar en contra, y esto supone un conflicto». Para Meier el conflicto y la participación de Alemania es «inimaginable». «No puedo estar de acuerdo después de nuestra Historia» y Titus, que cree que el conflicto «no es inevitable». «La guerra sería un fracaso y a nivel personal yo no quiero fracasar», subrayó.

Como estaba previsto en esta coproducción, realizada con la Ópera de Dresde, el director musical y artístico son los mismos que la temporada pasada. En el foso, al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real repetirá Peter Schneider, que ya dirigió «El oro del Rin» el pasado año, y en la escena de nuevo se verá el trabajo de Willy Decker, quien, como el año anterior, tampoco ha viajado en esta ocasión a Madrid al encontrarse ultimando el montaje de «Siegfried», que se estrena en Dresde el próximo 23 de marzo. En su lugar lo ha hecho su ayudante Martin Gregor Lütje. Por su larga duración, cinco horas y media, las funciones de «La valkiria» comenzarán a las 19 horas.

Susana Gaviña
Abc

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