24/4/2024 |
https://www.elmundo.es/cultura/musica/2024/04/19/6622659fe85ece3d7d8b458d.html
Victor García de Gomar presenta una temporada con seis nuevas producciones (una de ellas a cargo de Àlex Ollé), grandes cantantes (como Sonya Yoncheva y Piotr Beczala) y el estreno mundial de 'Benjamin en Portbou', ópera de Antoni Ros-Marbà.
El Liceu de Barcelona se ha propuesto seguir soñando a lo grande con la nueva y ambiciosa colección de títulos que articulan su próxima temporada, que ha presentado esta mañana. «La programación se vertebra a partir de la idea de perseguir un sueño como una forma de ambición sana que da sentido a nuestras vidas», ha dicho su director artístico, Víctor García de Gomar. «Nadie mejor que el público del Liceu sabe que la música es capaz de dibujar paisajes emocionales oníricos donde resuena el eco de estos anhelos que duermen en todos nosotros».
Como una suerte de despertar de los sentidos, el primer telón correrá a cargo de Àlex Ollé, que el 25 de septiembre estrenará su versión, siempre ácida e inteligente, de Lady Macbeth de Mtsensk de Shotakóvich, la ópera que supuso el descenso a los infiernos del compositor, después de que Stalin acudiera a una función en el Teatro Bolshói y los censores del Pradva calificaran su música de vulgar y primitiva. La producción, que propone un «desnudo integral» de los sentimientos de la pareja protagonista, contará con las voces de Sara Jakubiak y Pavel Cernoch.
En noviembre están previstas ocho funciones de La forza del destino (ópera de madurez de Verdi que servirá para el lucimiento de Saioa Hernández en el rol de Donna Leonora) y, en diciembre, la soprano Sonya Yoncheva congregará multitudes como la Cio-Cio-San de Mamada Butterfly de Puccini en el centenario de la muerte del compositor. La desgarradora lectura de los registas Moshe Leiser y Patrice Caurier está inspirada en las imágenes europeas del Japón del siglo XIX.
Otro gran título del repertorio, La traviata en la aplaudida versión de David McVicar, subirá al escenario en enero cargado de grandes nombres: Nadine Sierra y Ruth Iniesta (alternándose en el papel de Violetta) y Javier Camarena y Xabier Anduaga (para la parte de Alfredo). Romeo Castellucci debutará en el Liceu con una adaptación en clave operística del Réquiem de Mozart que dirigirá desde el foso Giovanni Antonini (y 17 de febrero en la Basílica de la Sagrada Familia).
Ya en marzo, el teatro de la Rambla invitará a Katharina Wagner, biznieta del compositor alemán, para la nueva y esperada puesta en escena de Lohengrin, que tenía que haberse estrenado en 2020 pero que la pandemia obligó a retrasar. Más allá de su innovación estilística y su impulso al desarrollo del drama musical, la influencia de la quinta ópera de Wagner llega a nuestros días (y así lo demuestra su heredera) como una «alegoría del nacimiento de una conciencia comunitaria».
Al mes siguiente, Bárbara Lluch regresará al Liceu (después de capitanear el montaje de Turandot de su abuela, Núria Espert) con la adaptación de La sonnambula de Bellini que estrenó en el Teatro Real de Madrid. Y a la cita de la temporada no podía faltar, por supuesto, Calixto Bieito, que se ocupará de una de las seis nuevas producciones del curso: Giulio Cesare de Händel con el especialista William Christie gestionando los decibelios de la orquesta del Liceu.
Su titular, el maestro Josep Pons, se encargará de varios títulos y conciertos a lo largo de estos diez meses, incluidas las siete funciones de Rusalka de Dvorák (según Christof Loy, en junio y julio) con la garantía vocal de Piotr Beczaa y Asmik Grigorian. Como colofón, el 19 de julio Antoni Ros-Marbà dirigirá el estreno absoluto de una partitura de su propia cosecha, la ópera en dos actos Benjamin en Portbou, que se presentará en una versión semi-escenificada que lleva la firma de Anna Ponces.
BENJAMÍN G. ROSADO
El Mundo