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Mariona Carulla: «Tengo ganas de ver un concierto desde la última fila del Palau»

21/6/2022 |

 

https://www.abc.es/cultura/musica/abci-mariona-carulla-tengo-ganas-concierto-desde-ultima-fila-palau-202206201039_noticia.html

El próximo 21 de junio deja la presidencia del Orfeó Català. El empresario Joaquim Uriach ocupará su cargo

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Mariona Carulla (Barcelona, 1944) llegó a la presidencia del Orfeó Català sin preverlo, en 2009, cuando estalló el caso de corrupción que acabó con un registro policial en el Palau de la Música y con el anterior presidente, Felix Millet, entre rejas junto a Jordi Montull y la hija de éste, Gemma. Iba a ser una suplencia temporal, porque Millet vaticinó que en dos meses las aguas volverían a su cauce, pero de eso hace ya trece años. El próximo 21 de junio -Día de la Música, casualidades de la vida-, se formalizará su relevo en el cargo. El empresario Joaquim Uriach será el nuevo presidente, al tratarse del único candidato que se presentó. Carulla hace en esta entrevista balance de su etapa, tanto a nivel institucional como personal.

Da la sensación de que usted ha crecido personalmente desde que asumió el cargo, a los 65 años. Y eso que no tenía ninguna necesidad de meterse en este lío.

Sí, no estaba ni acostumbrada a hablar en público. No tenía ninguna necesidad, ni habría hecho nada para ser presidenta, pero me propuse hacerlo lo mejor que pudiese. Los retos y aprender siempre me han gustado, conseguir cosas difíciles me da satisfacción. En aquellos dos meses, la tarea me cautivó, y eso que la había asumido por fuerza. Soy muy batalladora.

La relación entre su familia y el Palau venía de muy lejos.

Entré en la junta a finales de los 90, cuando mi madre, que había sido vicepresidenta muchos años, dijo que la gente mayor no tenía que perpetuarse, y que quería dejarlo. Ella iba a cumplir 80, y propuso que yo me incorporase. El Palau, como muchas otras instituciones, había funcionado siempre de esta manera. Los estatutos no contemplaban ni siquiera la elección del presidente, que se hacía por cooptación entre los propios miembros de la junta. Yo, en cambio, no me he preocupado, y me he llevado una sorpresa al saber que Uriach, que es muy amigo de mi hija mayor, Mireia, la ha escogido para su directiva.

Ese vínculo de su familia con el Palau hizo que se dudase de usted cuando aseguró que no sospechaba nada raro de Millet y Montull.

Soy partidaria de ser transparente y decir la verdad. Yo estaba muy tranquila al ver las auditorías: ni las internas ni las de la Generalitat detectaron nunca irregularidades. Millet, Montull y su hija fueron muy listos al llevar una doble contabilidad sin que nadie se enterase.

¿Qué deberes le deja a su sucesor?

Hay que seguir trabajando en el mecenazgo. La pandemia nos ha demostrado que es especialmente importante en tiempos complicados. Y lograr que se incorporen más socios jóvenes. La mayoría de bajas de socios que tenemos son por defunción.

Oiga, y usted, ¿a qué se dedicará a partir de ahora?

Seguiré trabajando en cosas que me apetecen. Hace unos días me propusieron involucrarme en un proyecto cultural en Premià de Dalt, donde suelo pasar el verano, y me apuntaré. Y seguiré en el patronato de la Sagrada Familia. Y presidiendo el Concurso Internacional de Piano Maria Canals, al que no le he podido dedicar el tiempo que merece en los últimos años. Y tenemos otra fundación, la de la familia, la Fundación Carulla, que es muy potente y hace muchas cosas: queremos tener más presencia en Barcelona. Además, me gusta mucho hacer deporte, y últimamente he hecho poco. Suerte que llega el verano, porque en verano nado mucho, camino y hago paddle surf.

¿Perdón?

Sí, sí, salgo cada día al mar. Y también remo con mi barca. Bueno, y tengo cuatro hijos y diez nietos. No me aburriré, no.

¿La seguiremos viendo en conciertos?

Mire, ya he comprado el abono del ciclo Palau100.

Le habrán hecho algún descuento, ¿no?

No, no, me lo he pagado yo, y con mucha ilusión de poder ayudar al Palau con un abono más. Lo que tengo ganas de hacer, porque no lo he hecho nunca, es ir alguna vez al segundo piso, arriba del todo, para saber cómo se ve y se oye desde ahí. Tengo ganas de escuchar un concierto desde la última fila. Y también en las graderías de órgano, para ver al director de cara. Tiene que ser interesante ver desde ahí a Dudamel o uno de los que gesticulan, no de los que se están casi quietos.  

Pep Gorgori
Abc