13/5/2021 |
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El coliseo barcelonés presenta una ambiciosa temporada para celebrar su 175 aniversario con conciertos de grandes estrellas pero también artistas plásticos y escritores
El 4 de abril de 1847 se inauguró el mayor teatro de ópera de Europa: el Liceu de Barcelona, con un aforo mayor que la mítica Scala de Milán. De un programa mixto de danza y música (y, 13 días después, la primera ópera de Ana Bolena) que estrenó la plaza lírica en el XIX, a la gran diva de la ópera del siglo XXI, Anna Netrebko, que celebrará el 175 aniversario del Liceu con un concierto único en el que encarnará a Musetta, Turandot y Lady Macbeth. El 3 de abril de 2022, como vigilia, Netrebko interpretará tres actos íntegros de La bohème, Turandot y Macbeth, todo un tour de force para la soprano, que ha hecho del Liceu uno de sus teatros preferidos.
El pasado enero, Netrebko ya celebró un concierto íntimo de piano para compensar su ausencia en Il Trovatore de inicio de temporada (en setiembre la soprano padeció Covid y tuve que ser baja en el elenco). Netrebko será una de las grandes estrellas de la temporada 2021-2022, que se ha presentado esta mañana en el el Gran Teatre del Liceu, bajo el leitmotiv de Paraíso. Porque casi todos los títulos tienen algo en común: el anhelo del edén, la búsqueda infatigable, la pérdida del hogar, el sueño de un destino mejor... Serán 46 espectáculos con 232 funciones, lo que supone un incremento respecto a temporadas anteriores. El director artístico del Liceu, Víctor García de Gomar, ha defendido el teatro como un "lugar donde refugiarse del naufragio: somos camino, somos destino y somos paraíso".
La otra gran estrella de la temporada será, de nuevo, Gustavo Dudamel, esta vez dirigiendo a la orquesta de la Ópera de París con la Sinfonía fantástica de Berlioz. Hace apenas un mes se confirmaban los rumores: Dudamel dirigirá durante seis temporadas la Ópera de París, compaginándola con la Filarmónica de Los Ángeles. Su presencia como director de París será un camino de ida y vuelta, en una alianza con el coliseo francés: el director de la orquesta del Liceu, Josep Pons, la dirigirá en París con El castillo de Barbazul de Bartók con Sir Byn Terfel. Que Dudamel esté en la temporada del Liceu, una de sus casas liricas, casi ni es novedad. El pasado marzo recibió aquí, mientras ensaya el Otello de Verdi, la noticia de que había ganado un Grammy (ya van tres) por la Mejor interpretación orquestal del álbum sinfónico de Charles Ives, que realizó con la Filarmónica de Los Ángeles. Dudamel también regresará al foso del teatro para debutar la partitura de La flauta mágica de Mozart.
Más allá de los reclamos de Netrebko y Dudamel, la temporada 2021-2022 arrancará con la visión feminista de Katie Mitchell, una de las mejores directoras de escena de Europa, del Ariadne auf Naxos de Strauss, encabezada por la veterana soprano sueca Iréne Theorin y coproducida por el Liceu.
Con War Requiem y Wozzek llegarán dos platos fuertes de la temporada: dos obras de arte totales en las que han participado el fotógrafo William Tillmans y el artista visual William Kentridge. Con un espectacular montaje y escrita por Benjamin Britten en 1962, War Requiem explora el drama de la guerra. Un concepto que continúa con Wozzek, producida por el Festival de Salzburgo con el Metropolitan y la Ópera de París. La autodestrucción del soldado Wozzek tras la I Guerra Mundial se ilustra con la huella inequívoca de Kentridge: ese grito contra el colonialismo, la explotación y los refugiados: proyecciones, dibujos al carboncillo, crítica desde el absurdo, escenarios centrados en su Johannesburgo natal...
En un escenario aparentemente antioperístico, el pintor y escultor Antonio López presentará su primera propuesta escénica con el Winterreise de Schubert. Un viaje de invierno que ocupará la antigua cárcel de La Modelo: la cancha de básquet se convertirá en platea con videoproyecciones y las 24 canciones de Winterreise se desplegarán en el panóptico, las galerías y las celdas, donde habrá cuadros y objetos de Antonio López. Piezas artísticas que, como la música de Schubert, evocarán la soledad, el abandono, el aislamiento, el miedo...
"Queremos situarnos por encima del sujeto de la ópera, con actividades que amplifican la experiencia", asegura García de Gomar. Porque Antonio López no será el único extranjero en el mundo de la ópera. La poeta Anne Carson, premio Príncipe de Asturias 2017 (y eterna candidata al Nobel), prestará sus versos al Liceu. También el ensayista y pensador Ramón Andrés. La fotógrafa Cristina de Middel trasladará su selva amazónica al Salón de los Espejos, que también ocupará Jordi Bernadó.
Y volviendo a la ópera, dos clásicos revisitados a cargo de Àlex Ollé, artista residente del Liceu. En Pelléas et Mélisande profundiza en el lenguaje de los sueños hundiéndose en el universo de Freud y el surrealismo, con una estética entre Lars von Trier y David Lynch. "Se estrenó en 2015 en Dresden y es una de las óperas con las que nos hemos sentido más satisfechos y que lamentablemente nunca se pudo ver en otro teatro", reivindica Ollé. Y como reverso recupera su Norma de Bellini estrenada en Royal Opera House en 2016. "Es una pieza más ideológica que trata de alejar a Norma de estereotipos, un personaje con dudas y problemas actuales, llena de emociones contradictorias", señala. Con un escenario que se convierte en una espiral de crucifijos, Norma aparece como una líder espiritual atrapada en sus propias normas, las de su comunidad y las leyes inflexibles de la religión, todo en un contexto de fanatismo que desencadena una guerra civil.
Pero habrá, mucho más en 2021-2022, como la reina Sondra Radvanovsky (acaba de interpretar en el Liceu a las tres reinas de la trilogía Tudor de Donizetti: Ana Bolena, Maria Estuardo y Roberto Devereux), que encarnará a La dama de picas de Tchaikovsky, o el popular contratenor Xavier Sabata, que se convertirá en Pierrot Lunaire. También habrá más danza y ballet con 22 funciones. "Históricamente, el Liceu ha sido un espacio de danza y queremos reivindicarlo en su 175 aniversario", defiende Valentí Oviedo, director general del Liceu.
Oviedo continúa con su aspiración de "abrir el teatro a un nuevo público". Y lo está consiguiendo: la edad media del público de la actual temporada se ha situado en los 42 años, cinco menos de lo que es habitual. "Mantener viva la programación ha sido un trabajo titánico", reconoce Oviedo, que esperar recuperar los 3.000 abonos perdidos en esta temporada, la mayoría a causa de la pandemia. Con un presupuesto de 49,5 millones de euros, el objetivo de cara a 2021-2022 es alcanzar los 264.000 espectadores. "De setiembre a diciembre estaremos al 70% de ocupación. Pero a partir de enero esperamos que se normalice la situación y podamos tener el 100%", admite Oviedo. Y que en 2022 el Liceu sea, de nuevo, el paraíso operístico que lleva siendo desde 1847.
VANESSA GRAELL
El Mundo