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En busca de la ópera barroca traspapelada

30/4/2021 |

 

https://www.lavanguardia.com/cultura/20210429/7414919/liceu-opera-esmuc-patrimonio-barroco-bottega.html

El Liceu y La Bottega d’Opera de la Esmuc recuperan obras de Carles Baguer y Marcos Portugal

La Bottega d’Opera, cuya traducción del italiano es la trastienda operística, es el nombre del proyecto de la Escuela Superior de Música de Catalunya (Esmuc) que permite a sus estudiantes tener una experiencia profesionalizadora en el mundo operístico.

Esta suerte de Opera Studio asociado al ámbito académico-pedagógico en lugar de a un teatro esperaba arrancar el año pasado con Il Filosofo in campagna de Galuppi, pero la pandemia lo truncó.

La segunda edición será la primera en ver la luz este viernes 30 de abril, en el Foyer del Liceu, con dos obras del barroco ibérico que han sido objeto de una pesquisa detectivesca: La principessa filosofa de Carles Baguer, estrenada en el Teatre de la Santa Creu de Barcelona en 1797, y La confusione della somiglianza, o siano I due gobbi , de Marcos Portugal, estrenada en Florencia en 1793.

Sucedió en los años noventa en el Archivo de Música de Montserrat. El musicólogo Oriol Pérez Treviño preparaba un trabajo de doctorado y se puso sobre la pista de La principessa a través del Pare Daniel Codina, el archivero, y Josep Maria Vilà, uno de los expertos en Carles Baguer. El autor sinfónico más interpretado del siglo XVIII la había compuesto a partir de un libreto italiano sobre la obra El desdén con el desdén (1652) de Agustín Moreto,

“El problema era que no encontrábamos los manuscritos en las fichas del archivo, que no está digitalizado”, dice Treviño. Tras unir las piezas del rompecabezas se vio que lo que se creía que era la partitura íntegra de La principessa filosofa , con el texto del comediógrafo veneciano Carlo Gozzi, solo incluía la obertura original. El resto se le había atribuido falsamente.

“Ni los personajes ni el autógrafo se correspondían con la obra de Baguer –añade–. Al localizar los manuscritos, gracias a un trabajo de investigación del musicólogo Lluís Bertran vimos que la obra mal clasificada en esta carpeta era el segundo acto de I due gobbi , la ópera de una importante figura del patrimonio musical portugués como es Marcos Portugal”.

Liceu y Esmuc han hallado un objetivo común para esta colaboración: la voluntad de recuperar y potenciar el patrimonio musical catalán. Y Baguer, que fue con Ferran Sor uno de los dos compositores catalanes que aquel 1797 estrenaron ópera en Barcelona, es de los pocos que lo han hecho en Catalunya.

El primero en estrenar una ópera de autoría propia en el Teatre de la santa Creu fue Josep Duran, con Antigono, en 1760. Aunque antes se había mostrado Sesostri, re d'Egitto de Domènec Terradellas, estrenada tres años antes en Roma, justo el año de su muerte en esa capital.

Estos son los mimbres con los que los alumnos de la Esmuc suben a escena -en versión concierto- estas óperas que llevan dos siglos sin desempolvarse. Y de hecho son estrenos en el Gran Teatre del Liceu. La profesora Mireia Pintó como coordinadora del taller, Pérez Treviño en la coordinación musicológica y el profesor Marzio Conti a la director musical -artífice de la propuesta de la Bottega- impulsan el proyecto que adelanta al Liceu en la esperada creación de su Opera Studio.

“Había que hacer algo por los jóvenes como se hace en el Festival de Graz o en Tel Aviv. Barcelona y la Esmuc podían asumir esa particularidad, cubrir ese agujero”, dice el florentino Conti, otrora director de la Orquesta de Oviedo.

A priori Baguer podía parecerles fácil a los estudiante, pero según explica el profesor, el ejercicio de ver cómo se gestiona una ópera les sobrepasó: “Los de la orquesta acudieron al ensayo tras estudiar Ligeti, con lo que no se esperaban acabar sudando. Hay que seguir a los cantantes, tener una interpretación filológica, coger el arco a la barroca, hacer ataques más eléctricos... Y luego los matices, hacer un massimo mezzo fortino con el sentido de fortissimo para no tapar al cantante, alargar la nota con él, seguirle... Para los alumnos ha sido un esfuerzo enorme meterse en ese mundo”.

Respecto al encaje de ese taller con un eventual Opera Studio del Liceu en Barcelona, el director del departamento de música del teatro, Antoni Pallès, asegura que “de hacerse no tendría que ser ningún proyecto exclusivo u opuesto a la Bottega. El de Esmuc es un proyecto de futuro por sí solo. Si en el Liceu hubiera un número limitado de plazas, estaría la Bottega, no tendrían que ser excluyentes, convivirían”.

Este espectáculo, en versión concierto, se interpretó ayer en la sala 4 de L’Auditori y el domingo estará en el Teatre de Sarrià. 

Maricel Chavarría
La Vanguardia

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