7/4/2021 |
https://www.lavanguardia.com/cultura/20210406/6629114/evgeny-kissin-karajan-piano-concierto-palau-urss.html
El pianista y compositor ruso ofrece su segundo recital en Barcelona después de décadas de ausencia
El pianista ruso Evgeny Kissin
Evgeny Kissin tenía pendiente una historia de amor con el público barcelonés. Porque por aquellas cosas del management –y los caché elevados–, el pianista y también compositor ruso llegó a estar dos décadas ausente de la programación de la capital catalana. Pero justo antes de que estallara la pandemia del coronavirus, el ciclo BCN Clàssics le puso remedio a este vacío con una sonada actuación que tuvo lugar en L’Auditori, con sonatas de Beethoven. Este 7 de abril será el Palau de la Música Catalana (19 h) la sala que acoja su segundo recital en dos años consecutivos, tras el que regresará –atención– el 3 de mayo para abordar con el violinista Joshua Bell y el cellista Steven Isserlis un repertorio de compositores judíos. Los suscriptores de este diario cuentan con descuentos de 2x1 en la compra de entradas.
Moscovita de nacimiento (1971), pronto se reveló como un niño prodigio –a los 11 debutaba a lo grande en su ciudad– que tocaba de oído. Ese aura nunca le abandonó, ni a sus ahora 49 y recién casado con su amiga de la infancia. Kissin, un talento que conmueve con desarmante honestidad romántica, dejó Rusia a los 20 años tras deslumbrar a Occidente de la mano de Valery Gergiev, Herbert von Karajan o Zubin Mehta. Se nacionalizó británico, luego israelí. Hoy reside en Praga desde donde responde a las preguntas de La Vanguardia .
Mañana combina Alban Berg, George Gerswin, Frédéric Chopin... y Tijon Jrénnikov, el burócrata con talento que logró sobrevivir en la URSS al frente del sindicato de compositores, y que criticaba a colegas renovadores. ¿Cómo planea sus programas?
El repertorio pianístico es muy vasto y mis gustos muy variados, así que repaso mentalmente las numerosas obras que me gustaría tocar y pienso en cuáles sonarían bien juntas y formarían un buen programa. Hay diversos factores a tener en cuenta: las piezas pequeñas hay que combinarlas con otras mayores, a no ser que quieras tocar por ejemplo las últimas tres Sonatas de Beethoven o los 24 Preludios de Chopin o de Scriabin. Los contrastes son necesarios para evitar que suene monótono. Y si pones obras que no son fáciles para el público medio (como la Sonata Hammerkkavier de Beethoven) tienes que combinarlo con cosas más oíbles .
¿Qué le parece tan especial de la música de Jrénnikov?
Jrénnikov no era un político, era un burócrata. Que hizo muchas cosas buenas, ayudó a mucha gente desde su cargo. Es algo sabido entre los músicos que vivieron en la URSS. Y a parte era un compositor con talento que escribió un buen número de trabajos magníficos: la 1ª y 2ª Sinfonías, música para teatro y películas, y muchas canciones hermosas. Nino Rotta tenía razón cuando dijo que de haber trabajado en Hollywood, ¡Jrénnikov se habría hecho millonario!
¿Qué opina de que se le considere en Occidente un antagonista de Shostakóvich y Prokofiev para congraciarse con los soviéticos?
Lo consideran así quienes sólo conocen la historia de oídas, porque cuando en enero de 1948 pronunció su discurso de aceptación del cargo dijo cosas desagradables de Shostakóvich, Prokofiev y otros compositores. No es un secreto que el discurso no lo escribió él sino que fue ordenado por las autoridades, de la misma manera que a Shostakóvich se le ordenó al mismo tiempo dar un discurso de arrepentimiento.
La gente que vivió en la Unión Soviética no debe ser juzgada por sus palabras sino por sus hechos. En países totalitarios es así”
En la Unión Soviética de Stalin negarse a pronunciar un discurso entregado por las autoridades significaba arriesgar tu vida y la libertad de tu familia o incluso sus vidas. La gente no debe ser juzgada por sus palabras sino por sus hechos, y habiendo crecido en la antigua Unión Soviética, puedo asegurar que este es el caso en países totalitarios. Jrénnikov logró que no fuera asesinado ni un solo compositor, siempre hizo lo máximo para protegerles.
A punto de cumplir los 50, ¿cómo recuerda la eclosión de su carrera siendo tan joven, grabando con Karajan, Levine, Gergiev...?
Trabajar con Karajan fue una de las experiencias más inolvidables de mi vida. Tocamos juntos el Concierto núm. 1 de Chaikovski, que ya llevaba dos años en mi repertorio, y mi profesora de piano Anna Kantor, que estuvo presente, me dijo que había tocado la pieza como nunca. Por supuesto, eso sucedió porque me sentí inspirado, abrumado por el hecho mismo de que un genio, una leyenda viva estuviera dirigiendo, y eso abrió algo dentro de mí que había estado oculto hasta entonces. Otra experiencia similar fue trabajar con Giulini con quien interpreté el Concierto de Schumann, una pieza que siempre estuvo muy cerca de mi corazón.
Siempre fue obvio que el maestro Levine y yo entendíamos y sentíamos la música de la misma manera"
Tampoco puedo dejar de mencionar a Svetlanov con quien tuve la suerte de colaborar en varias ocasiones y cuyo arte siempre admiré mucho. En cuanto a los conductores de la generación más joven, mi favorito siempre fue Levine, quien lamentablemente falleció hace pocas fechas. Tocamos juntos muchos conciertos de piano, así como música de piano a cuatro manos, y siempre fue obvio que entendíamos y sentíamos la música de la misma manera. He tenido mucha suerte de haber trabajado con todos esos músicos maravillosos.
Con aquel ruido que causó su éxito, ¿cómo logró escapar de una carrera sobre todo mediática?
No tuve que tomar ninguna decisión al respecto. Desde niño siempre amé la música y quise tocarla; eso era lo único que me importaba. Nunca me he esforzado por ser famoso, y cuando era joven me resultaba casi doloroso físicamente que la gente me reconociera por la calle o en las actuaciones de otros músicos: no me gustó en absoluto. Espero que no se ofendan si les digo que nunca me gustó dar entrevistas y que siempre lo hice solo cuando y porque mis agentes me lo pidieron.
De joven me resultaba doloroso casi físicamente que la gente me reconociera por la calle”
Volverá en mayo con repertorio cien por cien judío. ¿Alguna característica común que identifique esta tradición?
En lo que respecta a la música judía, un musicólogo contestaría mejor que yo. En cuanto a la tradición judía en general ... Hace unos 2000 años un joven le preguntó a un prominente rabino llamado Hillel cuál era la esencia de la Torá en una frase. La respuesta de Hillel fue: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti mismo”.
Y ¿qué opina del repertorio pianístico español?
Albéniz y Falla son mis favoritos. También algunas obras de Granados.
Y ¿para cuándo un disco de música española?
Hace unos años toqué obras de Albeniz y Granados. Algunos de aquellos conciertos fueron grabados, y espero que algún día se publiquen.
Usted es muy prolífico en grabaciones, acumula Grammys... ¿Todavía lo encuentra estimulante grabar o la industria del disco ya no es la misma?
Efectivamente cambió gracias a Internet. Y sí, grabar lo encuentro muy estimulante. Somos realmente afortunados de tener tantas grabaciones maravillosas de actuaciones musicales.
Usted pertenece a una generación bisagra de la pianística. ¿Qué le parece la de Trifonov, Levit, Yuja Wang...? ¿Y de directores como Dudamel?
Escuché a Trifonov en diversas ocasiones y creo que es un músico talentoso. A Levit sólo una vez, así que no puedo juzgar. Yuja Wang posee unas capacidades pianísticas inmensas. Dudamel es un director maravilloso.
¿De qué artistas y escritores se declara fan? ¿Y políticos?
Admiro a muchos músicos. Los primeros que me viene a la mente son Furtwängler, Casals, Menuhin, Gilels, Domingo... De escritores, Shakespeare, Goethe, Pushkin, Thomas Mann, Hesse. Y políticos... Churchill, Jabotinsky, Sakharov, Havel.
MARICEL CHAVARRÍA
La Vanguardia