24/3/2021 |
https://www.lavanguardia.com/cultura/20210323/6604137/otello-racismo-blackface-machismo-opera.html
La Opéra de Paris estudiaba este otoño la posibilidad de prohibir de manera formal el uso del llamado blackface en sus producciones de ópera y ballet. Esto es, el maquillaje para representar a una persona negra. Después de que casi una cuarta parte de su personal firmara una carta abierta contra el racismo que supone esta práctica, está claro que Otello ya no podrá pintarse la cara de negro. Además, las mallas de los bailarines de esta compañía tendrán toda una gama de tonos para que coincidan con el color de piel de los artistas.
Crear una comisión de expertos para estudiar asuntos internos como este fue uno de los pasos al frente que dio Alexander Neef al asumir la dirección de la ópera en sustitución de Stéphane Lissner. “Que la gente sepa que serán escuchados”, decía. Antes que él, quien denunciaba ya el racismo en la compañía de ballet, reacia a incorporar negros en el cuerpo de baile para no desentonar, fue Benjamin Millepied (pareja de la actriz Natalie Portman para la que coreografió el filme Cisne negro ). Además acabó con el blackface de los niños en la Danse des negrillons, el ballet de La Bayadère, que él pasó a denominar Danse des Enfants .
Dudamel sobre el ‘blackface’
“Es importante que las instituciones artísticas encuentren un equilibrio de respeto”
Pero, a estas alturas, y especialmente tras el movimiento Black Lives Matter, ¿qué teatro puede desoír la práctica políticamente correcta respecto al blackface ? Prácticamente ninguno. Aunque en el Bolshoi todavía parecen absurdas las quejas de la estrella del American Ballet Theatre Misty Copeland. Y en la Arena di Verona la soprano Tamara Wilson tuvo que negarse en el 2019 a maquillarse para hacer de Aída, el papel que junto con el de Otello más controversia ha creado.
El maestro Gustavo Dudamel, que dirige el Otello de Verdi en el Liceu, hace hincapié en la importancia de revisar ciertas cosas y que “las instituciones artísticas, que son un reflejo cultural de la sociedad, encuentren un equilibrio de respeto”.
No es la primera vez que Carlos Álvarez (Yago( y Gregory Kunde (Otello) coinciden en esta ópera de Verdi. En la imagen, la producción de la Roya Opera House del 2019 Catherine Ashmore
“Mi primera experiencia como Otello fue hace diez años en Venecia. Y me pintaron de un negro bien oscuro –explica Gregory Kunde, el protagonista de la producción que se estrena el 27 en Barcelona–. He de decir que en un principio me ayudó a meterme en el personaje, aunque es obvio que un blanco nunca entenderá el racismo que sufre una persona por no ser blanca. Pero me ayudaba a sentirme distinto. En el Otello de Rossini hay incluso racismo escenificado. El padre de Desdémona dice que odia a los negros. Y sí, ahora en Estados Unidos y el resto de países se ha decidido que si no eres negro no te pintas. Lo entiendo. Hay que utilizar la imaginación. En todo caso, la historia humana que se cuenta en Otello es la de los celos”.
Efectivamente. En el Liceu no ha sido necesario debatir sobre el maquillaje. Esta producción de Múnich no lo pide. En cambio, lo que sí se plantea el Gran Teatre es cómo tratar todo ese vasto repertorio operístico que recrea abusos de género.
“ Carmen , Otello ... en las cincuenta óperas más emblemáticas tienes una mujer que se suicida, es asesinada, sufre abusos de poder... Hay que hacer expresa la advertencia al público de que verá elementos de repulsión que pueden herir su sensibilidad”, opina Víctor Garcia de Gomar, director artístico del Liceu.
MARICEL CHAVARRÍA
La Vanguardia