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Enquesta

Richard Wagner, Caballero Jedi

23/3/2016 |

 

Josep Pons dirige un programa cinéfilo en el que el titán alemán alternará con las músicas de 'Star Wars' e 'Indiana Jones'

Pero eso es algo que, visto ya en perspectiva, «es una perogrullada», tal como sostiene el maestro Josep Pons. «En la música, nadie escapó a su hechizo, tanto los que cayeron en sus redes como los que quisieron evitarle». Pero luego está la otra gran influencia de Wagner, que fue en la escritura, en su dimensión literaria, que es lo que a Pons más le interesa. Tanto es así que el martes por la noche, en el Liceu, propone un atractivo programa titulado A l'entorn de Wagner i el cinema en el que sonarán varios pasajes wagnerianos -La cabalgata de las valquirias, el Preludio de Parsifal, la Marcha fúnebre por la muerte de Siegfried- junto con las músicas de Howard Shore para El señor de los anillos y las de John Williams para Star Wars y la saga Indiana Jones.

«Es la influencia del Wagner literario», puntualiza Pons. «Él creía que su destino era el de escritor, siempre empezaba a trabajar componiendo el texto, y llegó finalmente a la música porque no encontraba a nadie que la hiciera como él quería». Y la literatura tampoco pudo escapar de los temas mitológicos del Wagner de la Tetralogía -algo evidente en las novelas de J.R.R. Tolkien, «aunque a él no le gustaba nada la comparación, pero es evidente: ahí está ese anillo maldito que hay que destruir y devolver a su medio natural, que en Wagner era el Rin y en Tolkien el fuego»-, y ni mucho menos a la ambición épica. Aunque resulta menos evidente la influencia de Wagner en Joyce y en Proust, en las grandes sagas fantásticas está completamente clara, y entre ellas Star Wars es un ejemplo mayúsculo y popular. «Sin embargo, ni la adaptación al cine de El señor de los anillos, ni las dos trilogías de Star Wars, han conseguido superar las casi 16 horas del Anillo», recuerda Pons. «En esa dimensión épica, Wagner todavía sigue a la cabeza». Salvo que hagamos ver que Juego de Tronos no existe.

El programa cinéfilo-wagneriano urdido por Josep Pons se tocará justo después de concluir las representaciones de Götterdämmerung en el Liceu -con un éxito clamoroso-, y unos días antes de otro programa temático, A l'entorn de Romeu i Julieta (3 de abril), en pleno año Shakespeare y con el estreno de I Capuleti e i Montecchi, de Bellini, previsto para el 17 de mayo.

Este concierto de hoy tiene un gancho popular más claro -«aunque la música de John Williams tampoco dista tanto del poema sinfónico de Strauss; para la orquesta y para el público es un ejercicio divertido;es música sin complejos, que conecta de manera rápida, como la de Gershwin»-, pero también un fondo muy bien pensado.

Las tres piezas wagnerianas elegidas han tenido un reflejo en el cine. La Marcha de Siegfried se utilizó en Excalibur, la Cabalgata en Apocalypse Now, y el preludio de Parsifal en To the Wonder, penúltima película de Terrence Malick:«La idea inicial era proyectar imágenes, pero no pudo ser al final», indica Pons. Y las tres películas que complementan a Wagner son herederas de sus temas, de su aliento totalizador, de su grandeza. Un programa, en definitiva, al que la fuerza lo acompaña. 

JAVIER BLÁNQUEZ
El Mundo