Gregory Kunde, Eva-Maria Westbroek y Carlos Álvarez encabezan el reparto estelar que el Festival Castillo de Perelada ha reunido para el regreso del «Otello» verdiano a su escenario, una de las óperas de Verdi más fascinantes de todo el repertorio y que garantiza pasiones a destajo. La historia, nacida del imaginario de William Shakespeare, inspiró uno de los dramas más universales de la literatura al tratar temas como los celos y la violencia de género, brillantemente puestos en música por un Verdi en el otoño de su carrera.
Este nuevo «Otello», con dirección de escena de Paco Azorín y musical de Riccardo Frizza, trae a la memoria el estreno del título en Perelada, hace 24 años, nada menos que con Plácido Domingo como protagonista y con Valery Gergiev en el podio. «Es una de las primeras óperas que hicimos en el festival», recuerda su director, Oriol Aguilà. «Fue en 1991, en una producción que venía del Covent Garden de Londres. Esta vez nuestra propuesta es la de nueva producción propia con la colaboración del Festival de Macerata, un certamen que se asemeja mucho al de Perelada, al aire libre y con devoción de las voces». Al evento italiano viajará el próximo verano, aunque antes esta producción «que se construye completamente en el Ampurdán», según informó Aguilà, irá primero al teatro Calderón de Valladolid, en el que podrá verse en enero de 2016.
El siniestro Yago
El director del festival se congratulaba al comentar que este «Otello», como el de 1991, «llega a Perelada con el mejor reparto del momento, inigualable, encabezado por Gregory Kunde -¿quién canta hoy, en la misma semana, el «Otello» de Verdi y el de Rossini? Solo Kunde-, Eva-Maria Westbroek y Carlos Álvarez. Este último, premio Campoamor al mejor cantante de la temporada pasada por su Carlo Gérard de «Andrea Chénier», precisamente en Perelada, encarnará al personaje de Yago, que en este montaje, afirma el barítono malagueño, «hago mi personaje y de elemento dinamizador, ya que soy el único que habla con el público. En presencia de Yago todo sucede». Por algo el propio Verdi se planteó en algún momento cambiar el nombre de la ópera de «Otello» a «Iago».
Paco Azorín confirma la gran importancia del siniestro personaje: «Mueve todos los hilos y sus acciones comprometen a todo y a todos», apuntó. Define su proyecto como «muy teatral, ya que aporta una visión shakespeariana. He intentado volver al origen de la inspiración de Verdi y aplicarlo en muchos detalles. Será un “Otello” de época, pero hay escenas que podrían ser de ayer».
Gregory Kunde es un cantante polifacético, raro e irrepetible: ha conseguido mantener en repertorio papeles de «bel canto» romántico, con todas sus agilidades y ligereza como las del Otello de Rossini, con otros del dramatismo del Otello verdiano, una auténtica proeza. Para el tenor estadounidense, «se trata de un personaje muy complicado y simple a la vez: en el caso de la obra de Verdi, hablamos de un hombre obsesionado con unos celos irreales, producto de una mentira». Y él regresa al peso específico del personaje defendido por Álvarez en esta trama: «Si Yago no plantara la semilla de los celos en la mente y el corazón de Otello, no sucedería nada de lo que acontece más adelante».
Para Eva-Maria Werstbroek, su personaje, Desdémona, «es muy generosa y no puede entender a personas como Yago. Ella, en todo caso, lucha por su hombre, y lo hace con sus propias armas, con el amor. La ópera es muy actual, ya que el tema de la violencia de género es una cosa que, lamentablemente, hoy sigue siendo una realidad».