Joan Matabosch negó rotundamente ayer a ABC haber aceptado convertirse en el sucesor de Gerard Mortier como director artístico del Teatro Real de Madrid, tal y como informaron algunos medios citando fuentes cercanas al coliseo madrileño. «Es verdad que me lo han ofrecido y que tengo una propuesta encima de la mesa, pero en ningún caso la he aceptado», afirmó a este diario el actual director artístico del Gran Teatro del Liceo de Barcelona. «Esta es una negociación muy seria y compleja y voy a ser muy detallista antes de aceptar, porque hay cosas que estoy negociando y, de no salir adelante, me veré obligado a declinar la oferta», añade.
Es responsable de la programación y de la línea artística del Liceo de Barcelona desde que, a finales de los años 90, sucediera en el cargo a Albin Hänseroth después de haberse incorporado como dramaturgo y como asistente de la dirección artística. Joan Matabosch, periodista de profesión (colaboró durante varios años como crítico en las páginas de ABC), es reconocido como uno de los grandes nombres de la gestión lírica internacional, habiendo incluso ostentado la presidencia de Opera Europa, la Asociación Europea de Teatros de Ópera.
Reunión aplazada a mañana
La sucesión de Mortier, que se ha precipitado debido a las declaraciones realizadas a «El País» por el gestor belga –y por el cáncer que padece y que se estará tratando en Alemania hasta finales de octubre–, ha obligado a la comisión ejecutiva del coliseo madrileño a acelerar el proceso. Aunque estaba prevista ayer una reunión para discutir el nombramiento, ha sido retrasada, «por problemas de agenda», a mañana miércoles, según informaron a este diario fuentes del Real.
Matabosch, consciente de la gran presión que eso supone, no corre: «Lo estoy pensando con calma y tengo que decidirlo mañana (por hoy) a más tardar, pero aceptaría siempre y cuando se den las condiciones que considero necesarias como para sacar adelante un proyecto a la altura del Teatro Real».
El nombre de Matabosch como posible sucesor de Mortier saltó a la luz pública la semana pasada durante una entrevista concedida por el director belga. En ella, además de anunciar que padecía cáncer –enfermedad que le mantendrá alejado de Madrid al menos hasta finales de noviembre– exponía las claves para nombrar un sucesor que continuara con su proyecto a partir de 2016, fecha en la que concluye su contrato. Algo inédito hasta el momento, pues es la primera vez en la historia del coliseo madrileño que se le otorga a un director artístico la potestad de elegir a su sustituto.
Según el reglamento del Teatro Real hay que comunicarle a los directores artístico y musical (cuando lo había), dos años antes de que concluya su contrato, si se renueva el compromiso; de no ser así, Cultura y el Real comienzan el proceso de selección del sucesor. En este caso, Mortier fue informado el pasado mes de mayo de que no se le iba a renovar el contrato y ahí comenzó un proceso de búsqueda a dos bandas, según él mismo explica en dicha entrevista.
Búsqueda a dos bandas
Por una parte, el director belga aboga por una lista de seis candidatos –Viktor Schoner (Ópera de Munich), Alexander Neef (Toronto), Serge Dorny (Lyon), John Berry (English National Opera), Pierre Audi (Nederlandse Opera) y Bernd Loebe (Ópera de Francfort)– para continuar su línea de trabajo;mientras que la Secretaría de Estado de Cultura emprende una búsqueda en territorio nacional que da como resultado una terna: Antonio Moral (antecesor de Mortier en el Real;Pedro Halffter y Joan Matabosch). Una negociación que hasta el momento se había llevado en secreto y que el todavía director artístico del coliseo madrileño ha aireado y cuestionado con su habitual talante, calificándola de injerencia política y de elección de carácter nacionalista. «El parámetro no puede ser la nacionalidad sino la calidad», sostiene. A lo que añade que no ve «hoy a nadie en España» que pueda sucederle y dar continuidad a su proyecto.
El ventilar de esta manera la negociación abierta por Cultura encendió las alarmas y adelantó la decisión del nombramiento para evitar males mayores. Pero el anuncio ayer del inminente nombramiento de Matabosch en una reunión de la comisión ejecutiva del Real que debía celebrarse ayer y que paradójicamente fue pospuesta «por problemas de agenda» a mañana miércoles volvió a boicotear los intentos de discreción de Cultura. El nombre de Matabosch volvía a ser lanzado a la arena pública antes de concluir las negociaciones de su posible nombramiento, provocando el consiguiente malestar del director artístico del Liceo, como bien reflejan sus declaraciones.
La marcha de Mortier
Si finalmente se liman las diferencias entre el director catalán y Cultura, es previsible que, esta vez sí, su nombramiento sea anunciado mañana. Una decisión que podría provocar la salida del Real antes de tiempo de Gerard Mortier, como él mismo amenazó la semana pasada. «Si el Gobierno impone a mi sucesor, no esperaré a 2016:me voy», afirmó el director belga. «No pienso estar trabajando un tiempo con una persona que no coincide con el proyecto que está desarrollando Real». Si bien Mortier estaba dispuesto a colaborar durante 2014 con un candidato de su gusto para marcharse en 2015, es previsible, según sus propias palabras, que decida dejar Madrid antes de esa fecha si el sucesor no es de su cuerda.
Esto provocaría nuevos problemas, pues obligaría a la incorporación de Matabosch antes de tiempo. Asimismo, la marcha del director artístico del Liceo, actualmente sin director general, dejaría al teatro barcelonés, cerrado hasta el próximo 24 de septiembre por un ERE temporal, en una situación de desamparo, detalle que Matabosch también valora a la hora de decidir su marcha del teatro en el que se ha formado y consolidado como programador y productor.
Con un reconocido prestigio fuera y dentro de nuestro país, la elección del director catalán ha sido vista con buenos ojos por el mundo de la música y, en particular, por otro de los candidatos y anterior director artístico del coliseo madrileño, Antonio Moral, actual director del Centro Nacional de Difusión Musical (CMDM). «Es una decisión sensata en los tiempos que corren. Matabosch es una persona que sabe combinar la modernidad y la provocación con las grandes voces. Su programación es muy equilibrada y además no tiene un perfil político. Nuestra colaboración cuando yo estuve en el Real fue muy buena», declaró ayer a este periódico.
Tan buena, que dio como fruto varias coproducciones, como un nuevo montaje de «Muerte en Venecia» de Benjamin Britten, que ya se pudo ver en el Liceo y que fue galardonada en los premios Líricos del Teatro Campoamor de Oviedo. Un estreno que en Madrid fue pospuesto «sine die» en Madrid con la llegada de Mortier. Tal vez ahora vea la luz también en el Real.