Bolero per l'OBC
Preguntas
6/12/2005 |
OBC
Intérpretes: Ángel Jesús García, violín
Director: Rumon Gamba
Lugar y fecha: Auditori (5/ XII/ 2005)
¿A quién puede interesar, desde una perspectiva artística, un programa que ofrece como reclamo el Bolero de Ravel? Es sin duda una obra fantástica, que se ha popularizado, pero ínfima en el gran catálogo del compositor francés, bastante ausente de nuestras programaciones.
Ante ello cabría preguntarse, en medio de la programación bastante irregular que presenta la OBC esta temporada, cuáles son sus objetivos. ¿Incrementar sus cuotas de público como sea o apostar por la construcción de un proyecto para todos avalado por su calidad? Nada de ello se percibe en esta sesión que, en todo caso, supone una semana de trabajo perdida, con poco público, y un programa de calidad poco aceptable.
El repertorio mostró dos piezas prescindibles - son muchas las carencias y la necesidad de difundir obras de compositores españoles, por ejemplo. Por un lado The chairman dances,obra de1985 de John Adams (1947), de un minimalismo mediocre que parece pretender acercarse al Bolero,que por su parte ya marcó las pautas de esta corriente en los treinta dejando anacrónicos estos artificios posteriores, y por otro Gaudiana,unos estudios sinfónicos del compositor indonesio Gerard Schurmann (1928), admirador de Gaudí, y que dedicó a la OBC, al Auditori y a su mujer esta pieza hoy intrascendente para una programación de nivel. Una suprema banalidad presentada en dos grandes bloques, el primero en la cuerda, de carácter íntimo, religioso, con descargas armónicas de coral, con un motivo reiterado que aparece en diferentes contextos, y el segundo brillante aunque retórico, con simplicidades líricas que parecían entusiasmar al director Gamba. Sólo faltaba el toque de sardana y, por qué no, el carillón y alguna percusión de gamelán, y llegó.
En lo que hace a lo interpretativo, Ángel Jesús García fue convincente y técnicamente valorable en el Concierto para violín y orquesta de Kurt Weill, ya programado años atrás por la OCB - no primera audición-,con un conjunto de vientos que trabajó bien planos y fraseo. En el famoso Bolero,el señor Gamba dejó de lado cualquier seña castiza que pareció no entender, para ir a las sonoridades, en grado acumulativo y anodino. En definitiva un concierto que deja abiertas algunas preguntas: ¿No existe un comité artístico que valore las obras sea cual sea el origen de la propuesta, que ayude a programar en función de nuestro patrimonio musical y que decida además sobre la calidad de los directores invitados? Así estamos.
Jorge de Persia
La Vanguardia