25/11/2019 |
Programa: El castell de Barbablava
Lloc i dia:Auditori de Barcelona
Barcelona. L’ Auditori. Sábado 23 de noviembre de 2019. Temporada OBC. Dvorák : Danzas eslavas nº1 y nº2 Op. 72. Brahms: Danzas húngaras: nº1 y nº3. Bartók: “El castillo de Barbazul”. Robert Bork, barítono. Rinat Shaham, mezzosoprano. Director: Josep Pons.
El segundo de los tres programas que la OBC dedica al ciclo “Focus Bartók” -en el que se interpretan las tres grandes partituras escénicas del compositor húngaro- trajo a l’ Auditori de Barcelona El castillo de Barbazul, su única ópera. Presentada en versión de concierto, las voces del barítono Robert Bork y de la mezzosoprano Rinat Shaham dieron vida a los personajes del Duque y de Judit respectivamente únicos protagonistas de esta obra concebida por Bartók en 1911 – y años después modificada- basada en un libreto de Béla Balázs inspirado en el cuento de Charles Perrault.
Bajo la batuta de Josep Pons, la OBC se sumergió en este universo musical expresionista recreando un sustrato orquestal de una intensa emotividad y fortaleza de timbres sobre las que las voces podían bascular desplegando el sinfín de emociones y sentimientos contrapuestos que van sucediéndose tras la apertura de cada una de las siete puertas.
La voz de Rinat Shaham –una de las Carmen más aclamadas del momento, que esta temporada colaborará con Simon Rattle y la Sinfónica de Londres interpretando el rol de Judit- basculó en un mar de sensaciones en que la dulzura va dando paso a la resignación, y solventó las tremendas exigencias vocales con valentía en la proyección y una elevada carga dramática. Su voz fue -parafraseando al Duque- ‘la luz del Castillo’ en contraposición a la bravura desplegada por Robert Bork, cuyo Barbazul se elevó hasta una dimensión wagneriana por su heroicidad y por su solidez en todo el registro, desplegando una intensidad dramática siempre adaptada a la dicotomía existente en el personaje. Dos voces por tanto cuidadosamente seleccionadas para unos roles que bajo la batuta de Pons trasmitieron grandes sensaciones y que hicieron inmortales leyendas como Troyanos, Marton , Obraztsova, Ramey o Fischer Dieskau.
En 2007 Josep Pons ya dirigió este título bartokiano al frente de la Orquestra del Liceu. Profundo conocedor de la música del Siglo XX, Pons ha prestado en esta versión frente a la OBC una atención especial a la musicalidad que la propia lengua húngara otorga a la composición. Moduló una orquesta que respondió a la perfección en todas sus secciones esgrimiendo un sinfín de argumentos sonoros en pro a que las dos voces siempre pudieran articular el canto sin correr el riesgo de quedar ofuscadas por la potencia orquestal. El trémolo de los violines en la primera puerta, la magnificencia del acorde de Do mayor que acompaña la visión del reino de Barbazul, la inquietud reflejada en el lago de lágrimas sobre un enigmático La menor… fueron algunos de los aspectos que emanaron de una dirección que extrajo los aspectos más trascendentes de la armonías de la música de Bartók, de ‘imaginación rica en invenciones’ tal como la describía Boulez en la Encyclopédie de la Musique de 1958.
Como preámbulo, la orquesta pudo brillar con cuatro de las danzas eslavas y húngaras más célebres de Dvorák y Brahms respectivamente.