El XXXV Festival de Música Antigua de Barcelona volvió a dar la campanada gracias a esta “Misa en Si menor”, de Johann Sebastian Bach, programada por la Temporada “L'Auditori Més”: se trató de uno de los conciertos de la temporada, ya que la perfección estilística que John Eliot Gardiner alcanzó delante del Monteverdi Choir y de los English Baroque Soloists bajó el mismo cielo a la tierra.
No voló una mosca en la sala Pau Caslas, no se escuchó ni una tos: estos intérpretes extraordinarios transformaron la velada en un rito más que en un concierto. Cuando se apagaba el “dona nobis pacem” final unos segundos eternos de silencio hicieron aterrizar al público antes de una explosión de vítores de agradecimiento por una noche cargada de pura belleza.
Llegar a un concierto con prejuicios a veces no es tan malo, ya que en ocasiones como esta la realidad los destruye. La “Misa en Si menor” es un monumento de la cultura Occidental y, como tal, se espera un sonido suntuoso en sus momentos más extrovertidos, y Gardiner es sinónimo de contención y mirada interior. Por ello su extremadamente contrastada (e incluso casi amanerada) versión se convirtió en inolvidable por coherencia, por llevar a esta obra maestra lejos de esa fama de poco unitaria que tiene frente a la “Pasión según San Mateo”.
Todo ello gracias al fraseo propuesto, a las dinámicas, a los acentos que Gardiner construyó para ello, salpicando la obra de tensión teatral en los momentos dolorosos, como el “Crucifixus”, y en frases como “et sepultus est” o en el “Confiteor”, para llenar l’Auditori de luz con el “Resurrexis”... Pero el maestro fue más allá y cubrió de ternura, por ejemplo, las frases referidas a la “Sanctam catholicam et apostolicam ecclesiam”...
Los English Baroque Solists demostraron una vez más que conforman una de las mejores orquestas del mundo en este estilo –cada solista es un auténtico virtuoso-, lo mismo que el Monteverdi Choir, del cual algunos de sus miembros asumieron las partes solistas, con mayor acierto en el apartado masculino defendido por el tenor Nicholas Pritchard y los bajos David Shipley y Alex Ashworth. Inolvidable.