6/12/2011 |
Programa: Juan Diego Flórez. Obras de: Piccini, Rossini, Lalo, Donizetti, Barrera Saavedra y otros.
Lloc i dia:Liceu
«Florezidos» se hacen llamar los miembros de un grupo de seguidores españoles de Juan Diego Flórez que siguen al tenor peruano por medio mundo. Fiel a su cita con el público liceísta, este huracán del «bel canto» compareció anoche agotando el aforo del Gran Teatro con un recital inolvidable, cargado de buen humor, acompañado por el mítico Vincenzo Scalera.
Este artistazo, orgullo de la América hispana y prodigio vocal, regaló una lección de clase, elegancia y poderío, teniendo que dar hasta cinco propinas, cual de todas más difícil. Reconocido como el más importante «tenore di grazia» de su generación, en lo que queda de temporada le esperan retos importantes, como la incorporación del papel protagonista de «Linda di Chamounix», también en el Liceo, además de retomar el Duca de «Rigoletto», todo ello después de recibir, el próximo día 15, el Premio «Ópera Actual» 2011 que le otorgará dicha revista especializada, siendo el primer cantante no español en ser distinguido con el galardón. Un fraseo de ensueño, un color de voz seductor y una zona aguda impecable volvieron a ser sus señas de identidad.
La exhibición de coloratura comenzó con el aria de «Roland», de Piccini, demostrando encontrarse en un momento soberbio, con un relajado control del ornamento y un «fiato» portentoso.
Cerró la primera parte un puñado de joyas rossinianas, llegando directo al público con su canto y su simpatía, ello antes de ponerse serio y saludar la pausa con el aria del «Otello» del Cisne de Pésaro llevándola a su máxima expresión. Generoso, la segunda parte incluyo cuatro arias de gran exigencia —incluyendo un par del repertorio francés, tan afín a sus posibilidades, como «Au mont Ida», de «La belle Hélène»— matizadas por dos canciones populares y por la romanza «Adiós Granada» de la zarzuela «Emigrantes», de Barrera Saavedra y Calleja Gómez, para rematar la faena con una espectacular «Allegro io son» de «Rita», de Donizetti. En las propinas, con el teatro en pié, se marcó una «Bella enamorada», el rondó final del «Barbero», gatilló los nueve «Dos» de «A mes amis» y se despidió con «La donna è mobile» y «Granada».