19/8/2022 |
Programa: Claire Huangci
Lloc i dia: Schubertíada
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La pianista estadounidense Claire Huangci sorprende al público de la Schubertíada de Vilabertran.
Música: Bach, Schubert, Mussorgsky Intérpretes: C. Huangci, piano Fecha: 17 de agosto Lugar: Canónica de Vilabertran. Schubertíada.
La habían llamado dos días antes para sustituir al pianista Seong-Jin Cho, que canceló a causa de una inesperada indisposición; solamente encontró vuelos para llegar desde donde se encontraba, Alemania, el mismo día del concierto; en pleno agosto, cómo no, su avión se retrasó -¡tres horas!-; aterrizó pocas horas antes del concierto, exhausta y hambrienta; y por si fuera poco, está embarazadísima. Y aún así la estadounidense afincada en Hannover Claire Huangci subió al escenario como un terremoto que dejó estupefacto al público de la Schubertiada de Vilabertran.
Abrió el programa la 'Toccata BWV912 en Re Mayor', de Bach. Huangci las tiene grabadas en un disco que publicó el año pasado, pero la versión en directo que escuchamos en Vilabertran tiene poco que ver. En el CD, la pianista deja claro que no es amiga de convencionalismos por lo que a la adecuación al estilo barroco respecta: al fin y al cabo, cuando abandonamos el clavicémbalo para interpretar Bach en un potente piano Steinway, ya nos estamos tomando bastantes libertades. En el concierto, Huangci fue mucho más allá y se propuso leer Bach como si estuviera abordando una alocada partitura de Liszt, ofreciendo una versión que quizás removió las entrañas a los más puristas, pero desde luego fue electrizante y llena de emoción. En cualquier caso, una ejecución brillante y llena de personalidad, desde la fantasiosa introducción hasta la espectacular fuga final.
En segundo lugar, la penúltima sonata para piano de Schubert. Huangci mantuvo su apuesta por buscar los aspectos más románticos de una partitura que, de acuerdo con las clasificaciones canónicas, se enmarca todavía en el clasicismo pero que, sin duda, lleva algo más que el embrión del que iba a ser el futuro inmediato de la composición pianística. Unos tempos quizás excesivamente rápidos hicieron que el primer tiempo sonara algo emborronado. Aun así, lo que más sorprende de Huangci no es su técnica prodigiosa y su velocidad, sino la sensibilidad con la que aborda las páginas más delicadas. Por ejemplo, el Andantino de esta misma sonata, que alterna lo sublime con lo turbulento y encuentra en ella una intérprete idónea.
En la segunda parte, los 'Cuadros de una exposición' de Mussorgsky certificaron lo que ya se intuía: que Huangci está hecha para vivir y transmitir emociones fuertes al piano. Supo mantener en todo momento la tensión del relato para culminar con una 'Baba-yaga' y una 'Gran Puerta de Kyiv' deslumbrantes. Con el público entusiasmado, la danza 'Oriental' de Granados -en una versión, una vez más, personalísima e interesante- y la sexta pieza de 'Play piano play' de Gulda sirvieron de propina y colofón.