La inauguración del XXXVI Festival de Torroella de Montgrí se volcó con dos jóvenes promesas que ya están dando que hablar en sus incipientes carreras en el mundo lírico internacional. El tenor de Samoa Pene Pati se dio a conocer en 2014 como ganador del Concurso Internacional de Canto Montserrat Caballé de Zaragoza y en 2015 por su segundo premio en Operalia, el Concurso Internacional de Plácido Domingo. El que escribe estas líneas fue Presidente del Jurado del Caballé en 2014 y Pene Pati sorprendió ya por unas cualidades vocales impresionantes que se unen a un físico imponente por altura y gran tamaño que recuerdan a Luciano Pavarotti al igual que su timbre, de gran belleza y musicalidad. Un par de años después sigue deslumbrando la calidad de su dicción, el control del aire y del fraseo y unos agudos esplendorosos como soles. No es de extrañar que la Ópera de San Francisco lo haya fichado en su programa Merola de jóvenes talentos donde ya ha debutado en algún pequeño papel y pronto hará el Duca de «Rigoletto».
A pesar de su juventud ya posee un disco de éxito con Decca junto a un trío familiar Sole3Mio dedicado a un repertorio de canciones más amplio que el lírico. En el Auditorio del Ter, con su escenario rojo y suelo blanco tan impactante el intérprete desgranó un Tosti ideal con perfecta dicción italiana, pasando por un sentida «Una furtiva lagrima» y una más dramática aria de Verdi «De’ miei bollenti spiriti» rematada por una destacada «caballeta». La mezzosoprano estadounidense J’Nai Bridges, reciente ganadora del Concurso tenor Viñas de Barcelona en enero de este año y finalista hace tan sólo unos días en México del Concurso Operalia 2016, estuvo a la altura de Pati, por presencía escénica y por una interpretación de gran calidad en el gran repertorio de mezzo.
La belleza y expresividad de la elegante «O Ma lyre inmortelle» de Sapho de Gounod fue de lo mejor de la velada junto a «Mon coeur s’ouvre à ta Voix» del «Samson et Dalila» de Saint-Saëns, o una fantástica «Summertime» del «Porgy and Bess» de Gershwin. Bridges posee una imponente voz de mezzo con un centro bien timbrado, correctos agudos y cavernosos graves.
El recital finalizó con varias piezas de la «Carmen» de Bizet reproducidas en forma semi escenificada, ella con la «Seguidille» y la «Habanera» y Pene con el aria de «La fleur» para terminar con la escena final de la ópera y una sentida muerte de Carmen que fue ovacionada por los asistentes. En las propinas un par de napolitanas de gran gusto y agudos extraordinarios y ella un canción espiritual negra y cada uno una romanza de zarzuela de cuidada dicción e interpretación, muy aplaudidas, seguramente fruto de su paso por Operalia. Todo ello con el excelente acompañamiento de la prestigiosa pianista y ex directora general y artística de la compañía Ópera Australia Sharolyn Kimmorley, todo un lujo para apoyar a estos talentos por los que ha apostado, con acierto, el Festival y que el público despidió con grandes ovaciones, especialmente hacia el tenor de Samoa.