L'Idomeneo per Rattle al Festival de Pàsqua de Salzburg
De fábula
8/4/2004 |
Orquesta Filarmónica de Berlín
Director: Simon Rattle. Mozart: Idomeneo, en versión concierto. Con Philip Langridge, Magdalena Kozená, Christiane Oelze y Anne Schwanewilms. Coro European Voices (día 6). Obras orquestales de Debussy, Ravel y Poulenc, con las hermanas Labèque (día 5). Festival de Pascua de Salzburgo.
La música romántica no se contempla en el ciclo de abono del actual Festival de Pascua de Salzburgo. En todo caso, un par de tríos de Schubert y Brahms aparecen en los conciertos alternativos. Las citas estelares de Simon Rattle tienen a Mozart como protagonista operístico y tienden un puente hacia la música orquestal francesa del XX (el director inglés ha anunciado ya que en 2006 la ópera a escenificar en Pascua es Pelléas y Melisande, de Debussy; antes, en 2005, se rendirá tributo a Britten y su Peter Grimes). Lo francés está, además, reforzado este año por un concierto especial dedicado a Marc-Antoine Charpentier con el oratorio David et Jonathas, en interpretación de Emmanuelle Haïm y la orquesta del Siglo de las Luces, obra que, curiosamente, se podrá escuchar mañana en Cuenca con los mismos intérpretes.
Simon Rattle ha conquistado Salzburgo después de los recelos que dejó el pasado año con Fidelio. Y lo ha hecho justamente con el repertorio más complicado en esta ciudad, el mozartiano. En Cosí fascinó por su ligereza, por la hermosura de un sonido tan transparente como perfectamente bien articulado. En Idomeneo ha revalidado la experiencia, con uno de los mozart más bellos que se han escuchado en los últimos tiempos. Contó con la pulcritud de una Filarmónica de Berlín en estado de gracia, con unas prestaciones de la sección de viento-madera a cuál más excelsa y con unos violonchelos de antología. Lo que son las cosas. Rattle, el especialista en música del siglo XX, enamora con Mozart en la ciudad natal de éste, y la Filarmónica de Berlín sienta cátedra en el repertorio más afín a la Filarmónica de Viena. A un gran nivel artístico se manifestó asimismo el coro European Voices y también las voces femeninas de la temperamental Anne Schwanewilms como Electra, la dulce Christiane Oelze como Ilia y la enérgica Magdalena Kozená como Idamante. Más dificultades pasó el veterano Philip Landgridge, que a duras penas pudo ir sorteando las dificultades del rol de Idomeneo. El público reaccionó con un entusiasmo desbordante.
No tan felices fueron los resultados en el repertorio francés, aunque el concierto para dos pianos de Poulenc fue imponente, con unas magníficas hermanas Labéque. En su obsesión por el perfeccionismo del sonido, Rattle realizó una lectura impecablemente aséptica en Ravel y con un ensimismamiento en el límite del manierismo en El mar, de Debussy. La orquesta, una vez más, de fábula.
J. Á. Vela del Campo
El País