Die Vögel (Els Ocells) al Teatre de Ginebra
Una fábula melancólica
26/1/2004 |
Die Vögel (Los pájaros)
De Walter Braunfels. Orquesta de la Suisse Romande, Coro del Teatro de Ginebra. Dirección musical: Ulf Schirmer. Dirección de escena: Yannis Kokkos. Con Roman Trekel, Brett Polegato, Marlis Petersen, Regina Klepper, Pär Lindskog y Duccio Dalmonte. Nueva producción. Gran Teatro de Ginebra, 24 de enero.
Walter Braunfels compuso su tercera ópera, Los pájaros, entre 1913 y 1919. El impacto de la I Guerra Mundial motivó su conversión al catolicismo en 1918. Partió para su obra lírica del texto de Aristófanes del mismo título, recreándose más en lo que tiene de invitación a la poesía y a la fantasía que a sus referencias críticas "políticamente incorrectas" de Atenas y su proyección en Siracusa. La utopía de una ciudad de pájaros entre el cielo y la tierra, con la posibilidad de incorporación de seres humanos desencantados en busca de la felicidad perdida, inspiró a Braunfels una partitura de intenso vuelo postromántico alemán, con un pie en Wagner y otro en Richard Strauss, pero con una personalidad sonora muy definida y unos ideales continuadores de la tradición. Bruno Walter estrenó la obra en Múnich en 1920 con enorme éxito. Se dieron hasta 50 representaciones en las dos primeras temporadas. Klemperer la llevó a Colonia en 1921. Otras ciudades centroeuropeas siguieron el ejemplo.
Los tiempos cambiaron para Braunfels con la implantación del nazismo. Su música fue prohibida por "degenerada" y fue destituido de sus cargos públicos. No eran razones estéticas, evidentemente, sino un ajuste de cuentas personal por negarse a componer un himno para Hitler. Braunfels quedó relegado al olvido por sinrazones políticas. En los años posteriores a la II Guerra corrían otros criterios estéticos en Alemania. Braunfels siguió en el olvido y murió en 1954.
Éxito apoteósico
Hay que esperar a un tímido intento de recuperación de Los pájaros -su obra, sin duda, más emblemática- en Karlsruhe en 1971 y especialmente a la primera grabación discográfica de la ópera en 1996 con Zagrosek, dentro de la serie dedicada a la música degenerada por el sello Decca, para que las cosas volviesen a la normalidad. La ópera hoy produce asombro. La presentación de Los pájaros anteayer en Ginebra,por primera vez en Suiza y en toda el área francófona, se ha saldado con un éxito apoteósico.
Por la hermosura de la música, en primer lugar, y también por el mimo de la interpretación, con una puesta en escena de Yanis Kokkos llena de imaginación, con una dirección orquestal de Schirmer tan matizada como elegiaca, con un reparto vocal equilibrado y entregado en el que resaltaron Marlis Petersen y Pär Lindskog. Su dúo de amor y ensoñación del comienzo del segundo acto fue estremecedor. Al descubrimiento de la magnífica obra marginada se unió la bondad de una representación modélica. Asistió al estreno un grupo de jóvenes aficionados de Álava y Guipúzcoa. Estimulante.
Juan Ángel Vela del Campo
El País