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Cecilia Bartoli: "No se trata de cantar sino de sentir cada nota"

16/8/2018 |

 

 

 
Cecilia Bartoli en la Opera L'italiana in Algeri, Festival de Salzburgo 2018 ULI WEBER / DECCA

Su pasión por Rossini la ha demostrado con 'La italiana en Argel', para la que la 'mezzo' se ha reivindicado en una nueva tesitura, concebida originalmente para contralto

No se conforma la mezzo italiana con dirigir la Pascua de Salzburgo, sino que su pasión por el repertorio rossiniano le ha robado protagonismo a Mozart en su festival de verano. Asegura Cecilia Bartoli (Roma, 1966) que llevaba años preparándose para debutar el rol de Isabella de La italiana en Argel y que ha querido aprovechar el 150 aniversario de la muerte de Rossini para reivindicarse en una nueva tesitura, concebida originalmente para contralto. "Hablamos de una mujer mucho más madura y experimentada que Rosina o Cerenentola, por lo que, además de una gran flexibilidad vocal, Isabella te exige haber vivido lo suficiente", confiesa en su encuentro con EL MUNDO. "No se trata sólo de cantar, sino de sentir cada nota que sale de tu boca".

El público de la Haus für Mozart bendijo la hazaña con una larga ovación que obligó al maestro Jean-Christophe Spinosi a bisar la tarantela del segundo acto subido al escenario y al ritmo de los aplausos. "Ha sido algo verdaderamente inaudito", celebra la cantante, aún bajo el hechizo de los bravos. "Esta noche no la podré olvidar fácilmente".

 
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La apuesta del Festival de Salzburgo por este drama jocoso podría haberle salido rana, toda vez que el libreto está plagado de estereotipos fácilmente viralizables. En la ópera Isabella viaja a Argelia para liberar a su amado. Su barco es interceptado por piratas, que la entregan a Mustafá, un sultán aburrido de su harén. Sin embargo, los directores de escena Moshe Leiser y Patrice Caurierconsiguen que el choque cultural no se cobre ninguna víctima. En su montaje Mustafá es una suerte de Tony Soprano con problemas de erección que se dedica a la compraventa de electrodomésticos e Isabella, una taimada terapeuta que logra liberar a los esclavos italianos. "Lo que guía los pasos de los protagonistas es algo tan universal como el deseo", resuelve la mezzo. "Por eso creo que no es posible hacer una lectura en clave política de este montaje". ¿Ni siquiera de la escena final de los esclavos italianos encaramados a la proa de un barco que los llevará de vuelta a su país? "Bueno, visto así, creo que Matteo Salvini podría aprender algo de esta producción...", concede al cabo.

Con La italiana en Argel, Bartoli cierra un círculo que comenzó cuando, con 19 años, debutó sobre el escenario interpretando a Rosina de El barbero de Sevilla. "Es un compositor al que le debo tantísimo que, haga lo que haga, me sentiré siempre en deuda con él". No lo dice cualquiera, sino quien desde hace más de tres décadas lidera un movimiento que tanto reivindica sobre el escenario como remasteriza en los estudios de grabación las esencias rossinianas que heredó de Marilyn Horne y Joan Sutherland. "A diferencia de estas estupendas artistas, algunos cantantes no se han tomado su trabajo muy en serio", lamenta. "Pero afortunadamente, el legado de Rossini goza hoy de una excelente salud". Para celebrarlo, y coincidiendo con el 30 aniversario de su desembarco como artista exclusiva de Decca, la primissima donna ha recopilado todo su conocimiento sobre la materia en una caja de 15 CD que cuenta con el certificado de calidad de la Fondazione Rossini.

"Aún es pronto para hablar de un debut como directora de orquesta, pero eso me haría mucha ilusión"

No acostumbra Cecilia a tumbarse a la bartola. Entre funciones y demás compromisos como directora artística (la primera de la historia) del Festival de Pascua de Salzburgo, la mezzo romana ha sacado tiempo también para crear un nuevo sello (Mentored by Bartoli) que inaugura en unas semanas con el lanzamiento de Contrabandista (la primera incursión del tenor Javier Camarena en el repertorio del cantante y compositor español Manuel García, padre de la Malibrán) y para colaborar en otro proyecto al frente de Les Musiciens du Prince, una orquesta de instrumentos originales afincada en Mónaco. "Aún es pronto para hablar de un posible debut como directora de orquesta", comenta entusiasmada. "Pero es algo que me haría muchísima ilusión".

Y eso que el papel de Poppea fue defendido con galones por una diva suprema como Sonya Yoncheva. Salvo las 'mezzos' Kate Lindsey (Nerone) y Stéphanie d'Oustrac (Ottavia), el resto del reparto parecía haberse confundido de escenario y hasta de ciudad. 

BENJAMÍN G. ROSADO
El Mundo

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