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El tenor italiano actúa este domingo en el Festival Starlite de Marbella.
- Ya estuvo en Starlite en 2015. ¿Qué deparará este nuevo concierto?
- Estoy particularmente contento con esta cita. Regresaré con alegría, para reencontrarme una audiencia de la que ya he disfrutado, hace dos años, con su calor, empatía y generosidad. El programa será particularmente variado y esperanzadoramente estimulante. La voluntad es proponer un espectáculo festivo, una cita que no defraude las expectativas. En el escenario estará la Orquesta Sinfónica de Málaga y, para embellecerlo todo aún más, tendremos solistas invitados como la soprano María Aleida y la cantante Ilaria della Bidia. Una primera parte estará dedicada a las obras maestras líricas apreciadas universalmente, firmadas por compositores como Giuseppe Verdi, Giacomo Puccini, Charles Gounod, Georges Bizet, Jules Massenet, Jacques Offenbach ... En la segunda parte, en cambio, habrá canciones y romanzas (muchas en vuestro bello, seductor y evocador lenguaje) de mis discos 'Cinema', 'Incanto', 'Amore', 'Romanza', 'Vivere' ...
- ¿Qué significa la música para usted? ¿Cuál fue su primer contacto con ella?
- Todo arte es la voz del alma ... Entre las artes, la música es la que prefiero, porque proporciona emociones fuertes, porque se mueve en las rutas que penetran en las esferas más íntimas de nuestra psique, sin ser afectada por sesgos o condicionamientos. La música siempre ha sido mi medicina, mi forma favorita de dar luz a la vida. Mi madre dice que cuando era pequeño, tan pronto como oía una canción, dejaba de llorar. Me hipnotizaban las voces de los grandes cantantes. Ya desde niño los microsurcos que, desde el tocadiscos de la sala, hacían resonar en mi casa las grandes óperas.
- ¿Qué intenta transmitir con sus conciertos?
- Espero que para entrar en el corazón de los que me escuchan y para comunicar emociones positivas: espero transmitir un poco de serenidad, ofreciendo mi voz a aquellos que buscan la alegría de la música en un momento, un alivio de la fatiga cotidiana. Si eso sucede, he logrado mi propósito.
- Muchas veces ha asegurado que la música "vale por sí misma". ¿Cómo respalda esa afirmación?
- La música es un lenguaje mucho más poderoso que el verbal. Es algo que puede "cambiar el carácter moral del alma" (como dijo Aristóteles), que puede educarnos en la belleza, abrir nuestros corazones y mentes, suscitando un deseo sensual o contemplativo. Como no me canso de decir, la buena música trae consigo un fuerte mensaje de paz y afecto. No es una coincidencia que el arte de los sonidos haya sido siempre como una oración y, potencialmente, una experiencia mística.
- Aparte de la música. ¿Qué aficiones tiene?
- Me apasiona el mar, en el verano trato de pasar el máximo tiempo posible en barco, una herramienta de libertad y contacto genuino con la naturaleza. Me encanta montar a caballo lo largo de las playas y el campo de mi tierra toscana; me gusta el fútbol, pero también soy un boxeador, un ávido lector, me gusta tratar de escribir versos... Por último, me encanta el buen vino: Vengo de una familia de cultura campesina, mi padre amaba la tierra y producía vino por placer. Una tradición que, por pasión, mi hermano y yo continuamos hoy.
- Es usted tenor, músico y productor. ¿Con qué faceta se siente más identificado?
- Soy un músico, un artista que recibió del cielo un regalo de una voz agradable y reconocible y que trató de honrar este talento con tanto estudio y abnegación. Siendo una persona curiosa, siempre he vivido el arte musical en sus múltiples facetas. Tengo una cierta predisposición que me permite lograr una calidad digna mediante la conexión de muchos instrumentos, de la flauta al saxofón, del cuerno a la batería. Y, por supuesto, la composición, desde siempre: mi primera canción la escribí de niño, a cuatro manos, junto con un amigo de entonces ... Desde entonces no he parado.
- Habiendo vendido 80 millones de discos y siendo la voz italiana más internacional, ¿qué sueño le queda por cumplir?
- Intento comprender cómo mi existencia puede parecerse casi a un cuento de hadas, donde la realidad ha superado todos mis sueños, incluso los más llamativos, los más atrevidos. No pasa un día que no sienta profunda gratitud a la vida, y que no refleje en qué inmenso privilegio vivo, el de la música, y por lo tanto de mi mayor pasión, que es una profesión. Espero poder seguir cantando mientras el buen Dios quiera... Quiero dar conciertos, pero también dejar un rastro de mi voz en el repertorio que me encanta, al continuar grabando obras líricas (Recientemente grabé 'La Forza del Destino', el próximo año será el turno de 'Lucía di Lammermoor').
- Usted tiene una clara formación clásica. Pero eso no ha impedido que realizara duetos junto a cantantes más pop como marta Sánchez, Nelly Furtado, Laura Pausini o Jennifer López. ¿ Cree que es la fórmula para acercar la música clásica?
- Busco la belleza, más allá de los géneros. En más de 20 años de carrera siempre he tratado de poner al servicio de la música mi voz y mi sensibilidad, la identificación de los repertorios en los que podía ofrecer mi contribución, en relación con la misma música y los que me escuchan. Estoy dispuesto a llevar el melodrama, al lado del repertorio pop, incluso en grandes estadios, a divulgar el repertorio operístico, ayudando a revitalizar un mundo -el de la ópera- que en los últimos decenios se encontraba en peligro, al olvidar sus propios orígenes populares.
- ¿Se considera un tenor comercial?
- Francamente, no me planteo el problema. Pero puedo confirmar que con mi público siempre he tenido una relación franca y directa: nunca he tratado de halagar, nunca he negado mi profesionalismo y mis convicciones artísticas. Por otra parte, sin aventurar paralelismos inapropiados, me limitaré a mencionar que muchos tenores, mis predecesores, como Enrico Caruso, Beniamino Gigli, Mario Lanza y Luciano Pavarotti, se dedicaron con éxito al repertorio popular.
- ¿El mayor éxito de su carrera?
- Después de más de 20 años de conciertos, sigo convencido de que una carrera es como una casa construida con muchos ladrillos: no se puede tirar uno a la basura o la casa podría derrumbarse. He dado conciertos por todo el mundo, y con frecuencia el escenario estaba inmerso en la belleza de los parajes muy especiales, desde las Pirámides de Egipto hasta el Coliseo, la estatua de la libertad para el Great Lawn de Central Park ... Pero para mí cada noche de música es importante, cada etapa, un motivo de excitación.
