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Un trovatore llamado Goya

15/7/2017 |

 

 

 

Joan Anton Rechi estrena este lunes una versión de Il trovatore de Versi en el Liceo. Ambienta la acción en la época de Goya, que aparece también como personaje. La ópera se retransmitirá el 21 de julio en varias ciudades españolas gracias al proyecto Liceu a la fresca, en el que participa la Obra Social ''la Caixa''.

 

Kristin Lewis (Leonora) y Goya, encarnado por Carles Canut. Foto: Toni Bofill

Accede de nuevo al Gran Teatro del Liceo Il Trovatore de Verdi (Roma, 1853), un título siempre bien recibido por su caudaloso melodismo, sus tintes sombríos, sus espectaculares desafíos vocales. El libreto de Cammarano/Guardare, sobre el drama de García Gutiérrez, es el vehículo que nos traslada las vivas y contrastadas emociones que se dan cita en una historia inverosímil, como reconoce Joan Antón Rechi, encargado de la producción escénica, pero que, en el fondo, conecta con una realidad histórica, que nace de situar la obra en un contexto que le pueda dar sentido: ''Hemos encontrado el punto ideal ambientando la acción en la época de Goya. En los grabados Los desastres de la guerra se pueden ver situaciones ¡que son de película gore!Y te preguntas: '¿A qué qué tipo de mente perversa se le ha pasado por la cabeza dibujar esto?'. Pero realmente son situaciones que Goya vivió y vió''.

El director de escena percibe en la confrontación de dos bandos una especie de guerra civil. Hubo un detalle que le remitió a Goya inmediatamente: la primera escena de la ópera tiene lugar en Zaragoza. Luego hubo que buscar asideros, lo que no fue tan complicado: ''Hay un retrato de Goya donde aparece una mujer con un niño en brazos: ¡es Azucena! Lo que hemos hecho ha sido buscar estos personajes y situaciones que reflejen lo que dice el libreto. El públicoverá una gran caja escénica pintada como una obra de Goya''. Rechi utiliza parte de los elementos de una producción anterior de la misma ópera presentada en el Liceo en 2009, entre ellos la gran caja en la que el registra identificó un punto shackespereano con muchas posibilidades.

Tragedia de amor y muerte

Naturalmente, la dramaturgia viene condicionada por la música, que ''es el elemento que más consigue entres en estados emocionales''. Y algo muy importante: en la narración no hay ni buenos ni malos. ''Luna y Manrico, por ejemplo, actúan movidos por sus propias motivaciones. Están enfrentados por el amor de Leonora, lo que no hace peor al Conde, hombre noble en el fondo'', explica Reichi. Y, respecto al personaje de Azucena, nos parece muy interesante este punto de vista: ''La gitana ha criado a un niño con sentimiento de culpa, sabiendo que mató a su hijo real. Lo quiere, pero lo odia al mismo tiempo porque sabe que mató a su hijo no por error, sino deliberadamente ya que pensó que podría sacar provecho del niño.Tomó una decisión y esto hace que toda la vida cargue con la culpa. Sin duda, Azucena es el personaje más importante. Mientras Leonora, más plana, es víctima de las circunstancias''.

De acuerdo con este planteamiento, se verá a Goya como un personaje más de la historia. Ejerce como un narrador, el trovador que con sus pinceles va desgranando una tragedia de amor, venganza, guerra y muerte. Una visión original, sin duda que, en todo caso, deja sitio a unos pentagramas en los que Verdi no quiso prescindir de la pureza del canto pretérito, cuya herencia había recibido directamente de sus predecesores, y trazó en ocasiones una línea de prodigiosa finura en la que han de brillar también los procedimientos de antaño, que descansaban en la calidad o belleza de la voz, en el ciudado de la exposición, la perfección de la ejecución, la elegancia del fraseo, animado de continuas sfumature y de regulaciones dinámicas propias de aquellos grandes cantantes del pasado y que el compositor sabía que constituían una generación ya extinguida. En carta a Francesco Maria Piave de 1850 decía: ''Sin querer ofender a nadie, ¿quiénes de entre los cantantes que hoy puede ofrecer confianza? Los que podrían por sí solos determinar el éxito de una ópera, Malibran, Rubini, Lablache, etcétera, ya no existen''.

¿Qué diría el compositor de Busseto si viviera hoy, cuando, pese a la proliferación de cantantes, se han perdido no pocas de las esencias de antaño y han desaparecido algunos de los timbres vocales del pasado? Nunca hasta ese momento lo clásico y lo moderno, lo tradicional y lo nuevo, se habían dado la mano de forma tan perfecta; nunca se había producido una simbiosis tan estimulante, ni se había planteado una síntesis tan jugosa y creadora. El arte tiene estos misterios. Y el de la ambigüedad es uno de los que lo hacen grande. La dualidad predicada por Verdi es la que impulsa a Il trovatore a ocupar ese curioso lugar en el que concurren también lo vulgar y lo elevado, lo apaciguado y lo violento.

La exigencia de Toscanini

Arturo Toscanini decía que para los papeles protagonistas de esta ópera hacían falta los cuatro mejores cantantes del mundo. En las funciones liceístas, que se inician el lunes 17, no están esos astros - con independencia de que los de ahora, según para qué cosas, puedan no dar totalmente la talla-, pero sí encontramos unos cuantos artistas de calidad contrastada, que quizá alcancen un tono medio más que aceptable. Leonora se lo reparten dos estadounidenses Kristin Lewis, nueva en la plaza, de timbre oscuro y discreta densidad, y Tamara Wilson, de mayor penetración, vibración e intensidad lumínica. Manrico lo cantan el assostrado, vibrante y algo desigual Marco Berti y el más cauto y ceñido Piero Pretti, que se estrena en ese escenario, En la piel de Azucena se meterá la expansiva y melodramática Marianne Cornetti, de tinte pasajermente sopranil (también de EEUU), sustituida el día 20 por la rusa Larissa Kostiuk, de más sombríos acentos. El Conde Luna puede ser bien servido por el algo pálido George Petean y sobre todo por el bien coloreado y seguro polado Artur Rucinski, que hace gala de un fiato muy importante. Fernando lo cantan dos bajos eficientes, Carlo Colomara y Marco Spoti. En el foso, un maestro cumplidor y buen conocedor de este paño como Daniele Callegari.

Excelente opotunidad de la de estas representaciones para que el teatro siga expandiendo su radio de acción a través de TV3 y TVE llevando la señal de televisión a todo el país gracias a la participación activa de la Obra Social ''la Caixa'' en la operación denominada castizamente Liceu a la fresca. Será el 21 de julio a las 20 horas.

 

 

Arturo Reverter
El Cultural

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