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Wim Wenders en el Bar Tosca con Bizet y Barenboim

20/6/2017 |

 

Wim Wenders, cineasta y, ahora, director escénico. PATRICK ABENTURIER

El cineasta debutará en la ópera con Les pêcheurs de perles la obra que lo ha acompañado obsesivamente durante cuatro décadas

Entre los recuerdos amargos que guarda Wim Wenders de los años 70 está el Tosca, bar de San Francisco que convirtió en el salón de su casa los dos años que probó suerte en esa ciudad de la costa oeste de Estados Unidos. "En el Bar Tosca, que todavía existe, había una máquina de discos sólo con arias. Yo siempre ponía, Les pêcheurs de perles, una y otra vez", rememora Wenders. "Cuando le dije la dueña del bar que abandonaba la ciudad, sacó el disco de la máquina y me lo dio. Pero no para que me acordara del Tosca, sino para asegurarse de que ya nadie lo volvía a seleccionar y torturarles con las mismas arias". Wenders conserva ese vinilo.

Les pêcheurs de perles, de Georges Bizet, ha sido pieza que el cineasta alemán ha elegido para su debut en la ópera. Será el próximo día 24 en Berlín y se estrenará de la mano del director argentino-israelí Daniel Barenboim y todo el respaldo de la Staastoper. No podía haber sido de otra manera. Porque según ha declarado Wenders a EL MUNDO en el marco de su presentación "en sociedad" como director de escena, cuando Barenboim le llamó hace tres o cuatro años invitándole a hacer algo juntos, "algo que no había hecho antes y en una narrativa desconocida, lo que me vino a la memoria fue el Bar Tosca.

"Era un privilegio que no podía rechazar. Me encontré con Baremboim en su estudio, le dije la ópera que quería representar, él pidió le trajeran la partitura, la leyó y me dijo de acuerdo, suena bien", relata Wenders, impresionado aún por "ese talento que supone leer notas y escucharlas en música. Yo toqué el saxofón hasta los 21 años, pero nunca pude leer notas", confesó el cineasta, que, pese a su "ignorancia" musical asegura que "en su vida siempre ha habido música".

A Barenboim, la ópera elegida por Wenders también le trajo recuerdos. "La primera vez que escuche esa pieza de Bizet fue hace varias décadas en Tel Aviv y uno de los personajes lo cantaba era un joven tenor casi desconocido llamado Plácido Domingo", recordó el músico de quien con los años se convirtió en el mejor tenor del mundo y en uno de sus mejores amigos.

Les pécheurs es una ópera en tres actos, estrenada en 1863 y según Barenboim, Carmen no se entendería sin ella, aunque, en términos generales, es muy poco complicada. Tiene los tres elementos de rigor: harmonía, ritmo y melodía. El fallecido maestro Pierre Boulez, que amaba la complejidad por encima de todas las cosas, nunca se hubiera prestado a dirigirla", resaltó Barenboim.

Wanders considera la obra "suficientemente compleja" y eso que la tiene perfectamente asimilada: "En las ultimas semanas, desde que me levanto hasta que me acuesto sólo hay música en mi cabeza", confesó el cineasta, a lo que Barenboim siempre responde: "Bienvenido al club".

No es costumbre desvelar cómo será el traje de la novia y Wim Wenders no va a romper la tradición. Pero ha dado algunas pistas de cómo será su puesta en escena: "La trama transcurre en una playa, un playa tan grande como el escenario del teatro ha permitido y tan reducida que no podrá identificarse con ningún lugar". Es decir, "nadie creerá estar en Ibiza o la isla de Sylt (en el mar Báltico) y tampoco habrá figurantes en gabardina y con maletín".

Lo que si habrá será cine. "Nos delatará la luz", declaró Wenders a EL MUNDO. La luz como sólo un cineasta puede manejar y dos proyecciones de video "indispensables" para entender dos momentos muy determinados de la trama, que transcurre originalmente en Ceilán (Sri Lanka). Allí se reencuentran dos hombres tras un largo periodo y un mismo amor, la misma mujer, la joven sacerdotisa Leïla. La soprano rusa Olga Peretyatko-Mariotti debutará como solista con ese papel, mientras los personajes masculinos serán interpretados por el tenor Franceso Demuro y el barítono Gyula Orendt.

"Los solistas son impresionantes, la música rezuma matices, es la que lleva todo el peso de la escena, la que crea el ambiente, y el coro de la Staatsoper tiene la fuerza de un animal salvaje", declara Wenders, que ha seguido los ensayos de "su" ópera con "piel de gallina. No puedo evitar emocionarme aún con algunas arias".

Seis semanas afirma el director de películas como Paris, Texas, Cielo sobre Berlín, El amigo americano o Buena Vista Social Club que tardó en tener la idea, madurarla y pulirla. Y ahora que he terminado y puede mirar atrás con cierta distancia, la respuesta es no, no cambiaría nada.>

> "No se cómo como reaccionará el público, aunque espero que bien. Personalmente estoy satisfecho con el trabajo hecho", asegura Wenders, que estaría dispuesto a repetir la experiencia siempre y cuando sea una ópera poco representada, como "Les pëcheur", fuera del circuito berlinés desde los años cincuenta. "El repertorio no es para mi. Quiero cosas nuevas". A diferencia de los años setenta en El Tosca, ahora puede decir no.

Carmen Valero
El Mundo

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